viernes, 27 de noviembre de 2020

LA BODEGA ALTOS LAS HORMIGAS "DIO EN EL BLANCO"

Altos Las Hormigas dio en el blanco

Después de 25 años de elaborar exclusivamente vinos tintos -y sólo en base a Malbec y Bonarda, las grandes uvas del país-, la bodega mendocina Altos Las Hormigas se animó a elaborar su primer vino blanco.

Para ello, el nuevo enólogo del proyecto Federico Gambetta eligió un antiguo parral de uvas blancas ubicado en la zona de Eugenio Bustos (San Carlos, Valle de Uco) donde había plantados básicamente Chenín y Semillón, dos cepajes con mucha historia y arraigo en el terruño mendocino.

Partiendo de una rendimiento muy bajo en la viña -apenas 4000 kg/ha- y elaborando varias micro-vinificaciones de cada uva con distintos protocolos enológicos -como fermentación clásica, maceración prolongada sobre pieles, fermentación con parte del escobajo maduro, etc.- se llegó al ensamblaje final, que es este vino blanco tan original. El producto es cosecha 2020 y no tuvo ningún contacto con roble hasta ser embotellado.

Altos Las Hormigas dio en el blanco

El vino en cuestión sorprende desde su fase visual, con un color amarillo bastante subido (que pareciera no condecir con su juventud, pero que se explica por su maceración parcial con hollejos). En nariz se expresa sobrio y quizás algo austero en la primera olfacción, pero con varias “capas” aromáticas que se van “abriendo” y cambiando a medida que el líquido se oxigena en la copa y gana temperatura. Primero aparecen sutiles aromas florales y de té negro, que luego viran a trazos algo más herbáceos y cítricos, para terminar con un fondo terroso/mineral muy agradable. Al probarlo ofrece su punto más alto; tiene entrada seca, buena estructura y paso franco, revela sabores afrutados y una seductora “textura” de boca, para cerrar con refrescante acidez y un grato final.

Resumiendo, un vino sumamente moderno aunque con una vinicultura de cuño tradicional, que busca rescatar prácticas cuyanas caídas en desuso. Me parece una gran etiqueta para acompañar comidas, ya que su nariz moderada y boca sabrosa respetarán la expresión de los alimentos. Me lo imagino perfecto escoltando un pollo al disco, un conejo a la cazadora o un curry de mariscos apenas picante.

¡De este vino se elaboraron apenas 4500 botellas, así que seguro se acabará muy rápido! Les recomiendo buscar una botella antes de que desaparezcan ($640).

Si quieren leer otras opiniones sobre este vino, aquí dos notas de blogs colegas:

- Acercate al Vino

- El Angel del Vino