sábado, 10 de marzo de 2018

UN SOMMELIER ARGENTINO SUELTO EN ICA (1° parte)

Hace algunas semanas, aprovechando las vacaciones de verano, estuvimos con mi esposa en Perú conociendo algo de su industria vitivinícola. Si bien en un viaje anterior ya habíamos probado varios vinos y aguardientes locales, poder llegar al lugar -y a la gente- que lo produce es siempre una experiencia sumamente enriquecedora.  

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Para ello, me instalé en la pequeña ciudad de Ica -capital del departamento homónimo-, desde donde pude recorrer algunas de sus bodegas más representativas.

Ica es una región de clima subtropical seco, soleado y ventoso; ideal para la producción de uvas de calidad. Las provincias ubicadas al norte del departamento (Chincha y Pisco) son algo más húmedas, mientras que las ubicadas al sur y este (Ica, Palpa y Nasca) son más desérticas. En esta zona se concentra la mayor producción de vinos, piscos y uvas de mesa del país.

Fue en esta zona -más precisamente en el Puerto de Pisco, distante apenas 77 km de la ciudad de Ica-, donde comenzó la extensa tradición del vino y el pisco peruano, pues desde la época colonial ese era el embarcadero por donde se exportaban los aguardientes del país. La mayoría de los historiadores coinciden en que el nombre del puerto terminó dando origen al nombre de la bebida, dejando claro el origen peruano del Pisco (aunque todavía Chile sigue reclamándola como propia).

Gracias a la enorme generosidad de tres profesionales peruanos (Eduardo Dargent Chamot, Cesar Costa Aish y Jorge Llanos Goyena), toda mi agenda en la ciudad de Ica había sido organizada previamente, simplificándome al máximo las actividades. ¡Reitero mi sincero agradecimiento para los tres!

Para introducirme en el mundo del Pisco, Cesar Costa coordinó dos hermosas visitas a empresas familiares de diferente escala (“Moquillaza Robatty” para ver algo bien pequeño y artesanal, luego “Tres Generaciones” para ver algo mediano y más industrial). Para complementar mi visión de la industria, Jorge Llanos me abrió las puertas de una de las pisqueras más reconocidas del Perú (“Pisco Portón”, de capitales extranjeros, quizás una de las pocas compañías que ha logrado trascender exitosamente las fronteras del país con sus destilados).

También pude visitar -por las gestiones de Eduardo Dargent- la Bodega Viña Tacama, la más antigua del Perú y quizás la más reputada por sus vinos tranquilos y espumosos.

Si bien se podría decir que fue una “muestra” relativamente pequeña de proyectos, me dejó una muy buena imagen de la producción nacional.

Bodega Moquillaza Robatty:

¡La visita a Moquillaza Robatty fue una verdadera fiesta! La familia en pleno había viajado desde Lima para recibirnos (además del enólogo local y el resto del personal de la bodega). Nos buscaron por el hotel y nos fuimos hasta Tate (un pueblito al sur de Ica, que parece detenido en un tiempo pretérito). 
Con Carmen ("Alma mater" del proyecto)

Con Cesar Costa y el encargado de la finca

Uva Quebranta

Uva Albilla
Allí visitamos sus añosos viñedos, estuvimos con la gente que trabaja la finca probando uvas, conocimos la antigua bodega -con uno de los últimos alambiques quemados a leña que quedan en Perú-, desayunamos como reyes “a la usanza iqueña” (esa colación casi merecería un texto aparte), conocimos el proyecto de enoturismo que están comenzando a delinear y, por supuesto, degustamos todos sus Piscos.

Lagares para recepción y molienda

Piletas para la fermentación del mosto

Alambique a leña

Carmen mostrando el uso del alambique

Interior de la caldera (alambique)
Capitel (alambique)

Refrigerante (en baño de agua)

Antiguo intercambiador de calor (para refrigerante)

Salida del destilado (Carmen mostrando antiguas inscripciones de su abuela)
La hospitalidad de la familia fue superlativa. Descubrí en Carmen y Claudia (madre e hija) dos mujeres generosas y realmente apasionadas, que defienden férreamente la producción artesanal, que luchan para que la legislación peruana sea más estricta y mejore la calidad de los aguardientes; y que además tienen sueños y proyectos a futuro para seguir construyendo esa noble industria peruana.
 
Parte del desayuno que nos esperaba en la bodega a nuestra llegada
Si bien todos sus Piscos me parecieron notables, el que más me sorprendió por su delicadeza y exquisitez fue el Don Reynaldo Mosto Verde de Quebranta, que por lo que me contaron ese día ya había obtenido varios premios regionales y nacionales. Casualmente, mientras escribo estas líneas, me entero que en esta semana también han ganado una medalla de oro en un prestigioso concurso español. ¡Enhorabuena para la familia!
 
Linea completa de productos (Sí, los probamos a todos !!)

Con Carmen y Claudia Moquillaza Robatty (dos mujeres "de armas tomar")

Yo creo que a esta bodega hay que “seguirla bien de cerca”. No solo por la calidad de sus aguardientes -que es muy alta-; sino también por qué estoy seguro que en un par de años se volverá un referente del turismo enológico en Ica. ¡Yo creo que Carmen y Claudia “van a dar mucho que hablar”. ¡Ideas, voluntad de trabajo y amor por lo suyo les sobra!

¿Les gustó la nota? en breve les cuento sobre el resto de las visitas… ¡SALUD!

***** Un extracto de esta nota fue publicado originalmente en el sitio web peruano de cultura, arte y gastronomía www.limagris.com *****

1 comentario:

  1. Buena nota. En el duty free de Lima vi unos vinos peruanos pero tuve que seguir viaje y no pude comprar para probar, otra vez será jeje. Saludos!

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