La semana pasada comencé con esta nota, contando sobre mi periplo al país vecino. En ese texto anterior hay mucha información actualizada sobre su industria vitivinícola.
Sin embargo, hoy quiero contarles un poco más "en primera persona", trasmitirles algo de mis sensaciones y observaciones en mi primer acercamiento a Bolivia y sus vinos.
Mi
experiencia en la ciudad de Tarija:
¡Estuve cinco días en
Tarija y me encantó! Es una ciudad relativamente pequeña -unos 152.000 habitantes (INE 2006)-,
limpia y sumamente cuidada (por algo la llaman “La Linda”);
Está llena de bellas plazas
donde la gente se reúne al atardecer para disfrutar de la frescura de los
árboles añosos y el perfume de las flores (algo que -lamentablemente- hace años
se perdió aquí en nuestro país).
Calle típica de Tarija |
Plaza de Armas Luis de Fuentes y Vargas |
Mercado Campesino |
Mercado Campesino |
Mercado Campesino |
Mercado Campesino |
Tarija concentra una
enorme proporción de la producción agraria del país (vinos, uvas en fresco,
otras frutas y verduras). También es importante la actividad pesquera -en el
Bermejo y sus afluentes- y ganadera. Además, el departamento cuenta con una
enorme riqueza en hidrocarburos (algo de lo que goza toda Bolivia).
Todas las personas con las que tuve contacto -staff del hotel, choferes de taxis, mozos de restaurantes, guía de turismo y personal de bodegas- fue siempre muy amable, educada y hospitalaria, Me da la impresión que están acostumbrados a recibir turistas, y comprenden el gran valor de estos como otro pilar fundamental de su economía.
Si bien todavía hay
ciertos contrastes entre clases sociales, me pareció observar un notable
mejoramiento en las condiciones de vida de la gente de menores recursos.
Las
Bodegas y su gente:
Durante esa intensa semana
de vacaciones pude dedicar dos días a recorrer algo de la “Ruta del Vino y el
Singani de Altura”. El resto del tiempo lo use -junto a mi esposa- para visitar
museos y hacer otros circuitos turísticos por la región.
Mi primer día de visitas enológicas comenzó en la Bodega Industrial Campos de Solana, que hasta donde sé es la más nueva y moderna de la región. Allí me recibieron Nelson Sfarcich -enólogo- y María José Granier -gerente de administración y miembro de la familia propietaria-. Pude recorrer la bodega durante casi una hora, probar un par de muestras de tanque y tres vinos terminados en diferentes gamas de precio. Me dio la impresión de una empresa con enorme potencialidad para hacer grandes vinos (¡ya tiene algunos muy interesantes!)
Con Nelson Sfarcich y María José Granier (Campos de Solana) |
Con Sebastián Iñiguez Estenssoro (Viñas del Señor) |
Nos invitó a almorzar a
un bellísimo hotel 5 estrellas (propiedad del mismo grupo empresario), mientras
degustábamos su portfolio de productos. Luego de esto, fuimos a ver las obras
de la nueva bodega -se están mudando a una construcción mucho más grande y cómoda,
pensada desde el inicio para incluir al enoturismo dentro de sus actividades
diarias-. Fueron más de tres horas de interesante y amena conversación, donde
pude preguntar a discreción y ampliar así un poco mi visión sobre la vitivinicultura
chapaca. ¡Creo que hay que seguirle muy de cerca los pasos de este profesional,
que ya da que hablar -pero va por mucho más- con sus vinos y destilados!
Con Franz Molina (Kuhlmann) |
Visitamos brevemente la
Bodega Industrial Casa Grande,
donde pudimos charlar apenas unos momentos con su histórico enólogo. Probamos
un espumoso -de calidad regular- y seguimos viaje. Por alguna razón sus vinos
no me generaron interés, así que no compré ni probé ninguno.
Acceso a bodega Casa Grande |
Acceso a la Hacienda Kohlberg |
Con Carlos Sfarcich (Casa Real) |
Los
vinos -y singanis- que me gustaron:
En total pude degustar
más de una veintena de productos. Aquí mi impresión sobre los diez que más me
sorprendieron (el precio está expresado en dólares americanos, al cambio aproximado
en el momento que nosotros estuvimos allí):
Campos
de Solana Clásico Tinto S/A (U$D 4): Un vino de
mesa correcto y de trago amable, con perfil frutado y entrada levemente
abocada. Quizás al cambio sea un poco caro, pero es ideal para pedir en los
restaurantes.
Kohlberg
Blend Tinto 2013 (U$D 6): Tinto sumamente interesante,
con una impronta bastante similar a la de los productos salteños. Especiado y
terroso en nariz; suma una boca briosa, madura y de sabor levemente picante. ¡Ideal
para acompañar platos típicos como empanadas de carne o pique a lo macho!
Kohlberg
Ugni Blanc 2012 (U$D 6): Un blanco austero y fresco,
ideal para comer. Cuerpo medio, buena acidez y sabores sutiles.
Kohlberg
Syrah 2010 (U$D 8): Un tinto netamente especiado,
rebosante de aromas de canela, clavo, coriandro y pimentón. En boca es sabroso
y maduro, con entrada apenas golosa, acidez balanceada y taninos delicados.
Campo
de Solana Riesling 2013 (U$D 9): Este blanco ofrece una
nariz muy típica de la variedad, llena de flores, cítricos y trazos minerales.
Al probarlo es liviano, de fresca acidez y moderada persistencia. ¡Rico blanco,
aunque algo caro!
Altosama
Espumante de Altura Blanco NV (U$D 9): Un espumante exquisito;
con leve dulzor natural, burbuja mediana y enorme frescura. Está elaborado por
el método Charmat con un corte de uvas tradicionales, que incluye además Moscatel
de Alejandría (que le aporta un sutil perfume floral y de uvas frescas). ¡Irresistible!
Sausini
Cabernet Sauvignon 2009 (U$D 9): Un vino con poca publicidad,
pero de sorprendente calidad. Un cabernet de estilo tradicional, delicado y bien
amalgamado por el tiempo en botella. Frutado maduro, especiado y notas de cuero
en nariz; paso lleno, sabroso, largo y de taninos muy pulidos en boca. ¡Gran
Vino!
Campos
de Solana Reserva Trivarietal 2011 (U$D 15): Uno de los
productos de mayor precio y aspiraciones en el mercado boliviano. Un corte de
Cabernet Sauvignon, Malbec y Tannat criado durante más de un año en barricas de
roble nuevo. De nariz compleja; ofrece sensaciones de frutas negras, especias, herbáceas
y suaves trazos del contacto con roble -vainilla, tostado-. En la boca es
voluminoso pero fluido, pleno de sabores, con taninos firmes y persistencia
prolongada. ¡Un vino de nivel internacional!
Singani
Casa Real Etiqueta Negra (U$D 8): El singani más
emblemático del país. Nariz limpia de perfil floral y cítrico, donde el alcohol
apenas se percibe. Boca suave y levemente dulzona, con un after-taste muy
agradable. ¡Excelente embajador de Bolivia!
Singani
Los Parrales Reserva 80º Aniversario (U$D 15): Un singani de
producción acotada, que a mi entender es el mejor aguardiente del país.
Aromas nítidos de flores blancas, piel de cítricos y uvas frescas; sin ninguna
sensación del alcohol. Paso de boca seco, vivaz, delicado y con un
after-taste largo y placentero. ¡Soberbio! ¡De una calidad superlativa, que le
permite competir con los grandes destilados del mundo!
Impresión final:
Me encantó este viaje,
pues nuevamente comprobé -lo
mismo que hiciera hace dos años en Brasil- que son muchos los lugares en el
mundo donde se hacen buenos vinos.
¡Por lo pronto ya estoy
ahorrando para el próximo verano, pues me queda mucho por conocer y aprender
sobre los vinos del altiplano!
Roberto, me intrega mucho el Ugni Blanc y el Riesling, se dan mejor los blancos que los tintos en ese clima mas cálido por tener menor ciclo de maduración?
ResponderEliminarAbrazo
FABIÁN:
EliminarLa verdad es que en la región se dan mucho mejor los vinos tintos !! Y además los bolivianos los prefieren sobremanera !!
Hay pocos vinos blancos en realidad -aunque el porcentaje debe ser similar a nuestro 80%-20%-. Quizás por eso me llamaron la atención...
De todos modos, los mejores vinos que probé eran rojos !! Jejeje
Abrazo. ROBERTO
¡Buenísimas las notas del vino de Bolivia!
ResponderEliminarMe encantaron las dos, muy buena información y tratamiento.
Creo que en allá hay buenas posibilidades para hacer vino, sólo hay que encontrar los terruños. Y con respecto a eso, te consulto ¿las zonas cultivadas lo son por tradición o porque es la mejor para la vid?
Abrazo
ARIEL:
EliminarMuchas Gracias por tus elogiosos comentarios !!
Me encanta la escritura y el "periodismo", aunque soy apenas un amateur que le pone ganas... jejeje
Es muy buena la pregunta que haces. Entiendo que es la mejor zona para la vitivinicultura, por su clima templado y altitud moderada. Del resto del territorio, hay una gran parte que es selvática (la región oriental) y otra que es una altiplanicie más bien desértica (la región nor-occidental).
De todas maneras, se estima que hay hasta un 15% más de superficie de viñedos en el resto del país, pero no están censados ni se los explota comercialmente...
Creo que el vino boliviano tiene un enorme futuro !!
Un abrazo. ROBERTO
Querido Roberto,
ResponderEliminarMenos mal que nos vamos a poder sentar con unos vinos de por medio a charlar tranquilos... porque hay un millón de cosas que me gustaría saber de este maravilloso viaje!!!
Esperamos el finde, mejor!
Felicitaciones... Abrazo grande y salute!
RUMBOAMIGOS:
EliminarMuchas Gracias por comentar !!
Seguro el finde podremos hablar de vinos hasta el alba... jejeje
Un abrazo. ROBERTO
Muy buena esta 2da parte Roberto!
ResponderEliminarHay más? Te guardaste algo? Jeje!! (Además de las botellitas que te trajiste, digo...)
CUERVO:
EliminarGracias por tus comentarios !!
Yo creo que con estas dos notas esta bien, no ?? Jejeje
Quedan fotos, recuerdos y un par de vinos sin probar... pero lo que me queda sobre todo es muchas ganas de volver cuanto antes !!
Veremos que nos depara el destino el próximo verano...
Abrazo. ROBERTO