PRESENTE Y FUTURO DEL VINO CORDOBÉS
(tiempo de lectura: 8/10 minutos)
Si aún no leyeron las primeras dos partes, les sugiero empezar por acá y luego por acá...
Enoturismo en Córdoba www.cordobaturismo.gov.ar |
En
ese mismo año se instala en Ischilín (noroeste provincial) el matrimonio de Héctor
León Jairala y Beatriz Oller, quienes comienzan con el sueño del vino propio.
Asientan las primeras vides y comienzan con el armado de la bodega, que será
inaugurada en la cosecha del 2007. El proyecto sigue creciendo hasta nuestros
días, donde cuentan con 10 hectáreas de viñedo, además de la bodega y
champañera (datos extraídos de la página: https://jairalaoller.com.ar).
El primer quinquenio del siglo XXI evidencia el resurgimiento de la
industria del vino en toda la provincia. En el año 2000, una sociedad privada
liderada por el productor ganadero local Carlos Tay hace una esforzada
inversión económica para adquirir, re-equipar y modernizar la emblemática
bodega cooperativa de Colonia Caroya, que adopta entonces el nombre de La
Caroyense S.A. Los nuevos propietarios mantienen al frente del proyecto al
experimentado enólogo Santiago Lauret, quién venía desempeñándose allí desde 1973
(Ezcurra, 2012). Al año siguiente comienza la producción, aunque en esa cosecha
resulta pequeña pues muchos de los exsocios de la histórica cooperativa estaban
recelosos de entregar la uva. Con el paso de las vendimias se fue recuperando
la confianza, llegando hasta la actualidad donde más de 50 viñateros locales
entregan su materia prima todos los otoños. Hoy esta bodega procesa más de la
mitad de la uva de la provincia, además de recibir una importante cantidad de
enoturistas (Santiago Lauret, comunicación personal, 26 de septiembre de 2016).
En la primavera del año 2002 el Lic. en Alimentos Nicolás Jascalevich implanta su primer viñedo en San Javier (Traslasierra), convirtiéndose así en pionero de esta nueva etapa y recuperando una tradición que se había perdido un par de década atrás. Realiza su primera cosecha en 2008, terminando las instalaciones de la Bodega San Javier al año siguiente (desde su inauguración, la misma está abierta al turismo del vino). Desde entonces, elabora todos los años de manera ininterrumpida hasta nuestros días, siendo el referente absoluto en la región (comunicación personal, 12 de octubre de 2021).
Al año siguiente la familia Astesano instala un pequeño viñedo en el paraje Atos Pampa, siendo el primero en la historia del Valle de Calamuchita (una región de cautivante belleza, pero sin ningún antecedente de producción vitivinícola). En 2004 el empresario cordobés Juan Navarro comienza en las cercanías de Villa Berna con el ambicioso proyecto de Estancia Las Cañitas Bodegas & Viñedos, donde establece el segundo viñedo de la zona y construye una bodega moderna y bien equipada (también construye un complejo de cabañas de lujo, que son arrasadas por un tornado algunos años después). En la actualidad ambos proyectos siguen adelante, gestionando la producción de vino en paralelo con la actividad enoturística (datos extraídos de las páginas: https://www.fincaatos.com y https://www.bodegalascanitas.com.ar).
Tambien en el año 2004 se instala en la localidad transerrana de Las Tapias el sueco Klas Hellerstrom, quien planta olivares -y luego vides en 2008- dando origen a la pequeña Bodega Finca Las Breas. Para la misma época, la familia Amorelli se establece con un pequeño viñedo en el paraje Los Molles de Villa Las Rosas, de donde salen los vinos caseros San Ramom.
Casi en simultaneo, varios pequeños viñateros caroyenses -hijos y nietos de los primeros colonos- se
afanan en recuperar la tradición familiar de los vinos caseros/artesanos.
Desafortunadamente, estos esfuerzos no obtienen los resultados deseados y la
mayoría son discontinuados. Sólo sobreviven hasta el presente cuatro productores caseros: Di
Candi, Don Fabio, Finca Rosel y Ruben Pons.
El crítico británico Tim Atkin se sorprendió al conocer la vitivinicultura cordobesa www.prensa.cba.gov.ar |
En el año 2009 se instala la Bodega del Gredal
en San Pedro Norte; conjuntamente se implantan tres pequeños viñedos
experimentales en Valle de Punilla (lamentablemente hoy solamente quedan dos,
pues uno de ellos fue arrasado por un incendio forestal en el año 2020). Al mismo tiempo, se plantan otros
dos proyectos más en el Valle de Paravachasca llamados Finca Santa Mónica y Finca La Granja, que recientemente han entrado en producción
y seguramente pronto mostrarán sus primeras etiquetas en el mercado.
Finalmente, en el último quinquenio se han instalando noveles viñedos en Villa de Soto y Las Playas (Noroeste), San Javier (Traslasierra), Capilla del Monte (Punilla), Villa Ciudad Parque, Villa Yacanto, Los Reartes y Arroyo San Antonio (Calamuchita), que en algunos años más tendrán sus primeros vinos comerciales.
Como se desprende del recuento de bodegas hecho en los párrafos anteriores, está muy claro que el interés por la vitivinicultura están en plena efervescencia en nuestra región. Sin embargo, en números duros, la producción de vinos cordobeses viene cayendo sensiblemente en la última decáda. Por el contrario, es sorprendente como la actividad enoturística florece en todos los valles del territorio provincial, con números considerablemente superiores a los valores pre-pandemia. Esto ayuda a las bodegas a sostenerse, en un contexto económico extremadamente dificil y con un marcado descenso en el consumo de vinos.
A
pesar del crecimiento que está experimentando la actividad a nivel general, particularmente
dentro de los Valle de Calamuchita y Traslasierra, hay que decir que las zonas
más tradicionales de la provincia están viendo mermada significativamente su
participación. Así, desde hace unos diez años la producción vitivinícola en
Colonia Caroya se viene retrayendo a gran velocidad, golpeada por factores
económicos y ambientales. Entre los segundos, preocupa enormemente el efecto nocivo
asociado al uso extendido de plaguicidas hormonales en los cultivos intensivos
circundantes (básicamente de soja y maíz), cuya deriva en la aplicación –por
acción del material particulado que transporta el viento y las lluvias– termina
impactando sobre el ciclo fenológico de la vid, con la consiguiente
debilitación de la planta y mermas en el rendimiento productivo del orden del
35-50%. Los viticultores caroyenses han alertado y reclamado ayuda oficial en numerosas
oportunidades frente a las autoridades municipales y provinciales responsables
del tema –apelando a la plena vigencia de las Leyes Provinciales Nº 8820 y Nº
9164, el Decreto Reglamentario Nº 132/05 y la Resolución del Min. de
Agricultura y Ganadería Nº 112/16– pero aún no han obtenido respuestas. Esto hace
que sea cada vez menos viable la subsistencia de los viñedos en la zona (Santiago
Lauret, comunicación personal, 12 de febrero de 2022). Los otros valles de la
provincia también sufren este inconveniente, pero su impacto en la producción de
vinos es significativamente menor. Con la retracción de las viñas de Colonia
Caroya se pierde además la riqueza genética de la uva Isabella (Frambua o Chinche),
un cepaje patrimonial y diferenciador de la región, que no se cultiva a nivel
comercial en ninguna otra región del país.
Aportando algunos datos numéricos, las estadísticas oficiales informan que Córdoba tiene hoy implantadas
244 hectáreas de vid –repartidas en 108 viñedos–, lo que representa el 0,12%
de la superficie implantada en el país. De este total, 228,4 ha son uvas dedicadas a la
elaboración de vinos, mientras que las restantes 15, 6 ha son uvas para consumo
en fresco. En cuanto a la producción, la última vendimia en la provincia permitió cosechar 480900 kilogramos de uvas, con los que se elaboraron 436700 litros de vino, lo que representa el 0,05% de la producción nacional (INV, 2023).
Algo interesante para agregar es que la totalidad de las bodegas de la provincia están preparadas para recibir turistas. Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, hoy la provincia de Córdoba es el tercer macro-destino nacional en atractividad enoturísica, despues de Mendoza y Salta (OVA, 2022)
¿Que nos deparará el futuro? ¡Nos toca construirlo a nosotros!
"El futuro pertenece a queines creen en la belleza de sus sueños" (Eleanor Roosevelt).
FIN