lunes, 28 de enero de 2013

VINOS QUE SIEMPRE DAN EN EL BLANCO:

“¡Bebe vino! / Recibirás vida eterna / 
El vino es el único filtro que puede devolverte tu Juventud / 
¡Divina estación de las rosas, del vino y de los amigos sinceros! / 
¡Goza de este instante fugitivo que es la vida!”  (Omar Khayyam).

No tengo dudas que tomar vinos blancos es una elección certera en Argentina. Quienes me siguen usualmente en esta página, ya habrán leído más de una vez mis consejos y  recomendaciones sobre estos vinos; pues -en el mismo precio de mercado- se pueden encontrar mejores blancos que tintos.

El verano es la mejor época para disfrutar de ellos, ya que al beberse fríos ayudan a refrescarse y quitar la sed. 

¿Quién no se tienta en las tardes estivales con una copa completamente empañada por la frescura del dorado líquido?

Aquí seis sugerencias -aptas para todos los bolsillos- que seguro “darán en el blanco”: 

Hagmann Manzanilla S/A ($30): Este vino es una verdadera rareza, de esas que ningún enófilo apasionado debería dejar de probar. Un vino absolutamente diferente, elaborado con una antigua técnica española de crianza denominada “bajo velo de flor” (el producto envejece largo tiempo en barricas bajo una delgada capa de hongos, que van modificando los aromas y la estructura del vino). El resultado es un blanco vaporoso y etéreo; con nítidos aromas de frutas secas (almendras, nueces), paso de boca seco y final apenitas amargo. ¡Un excelente aperitivo, para degustar bien frío y sentirse por unos instantes en la bella y soleada Andalucía! ¡Olé!

Alta Vista Premium Torrontés 2011 ($65): Si tengo que elegir un Torrontés realmente “de manual de enología”, no hay dudas que mi favoritismo recae en este producto. Un blanco elaborado con uvas de Cafayate (Salta), que ofrece todos los atributos que uno espera de nuestra variedad emblemática. Seductores perfumes de uvas frescas y flores blancas (jazmines, azahares, rosas); que dan paso a una boca ágil, sumamente fresca, de sabores característicos y esa “puntita” de amargor que tan bien le queda. ¡Un vino ideal para compartir con un amigo extranjero, “inflando el pecho de orgullo”!  

Escorihuela Gascón Viognier 2012 ($72): Un blanco que es casi una “golosina”, para “tomar sin parar” en las cálidas nochecitas de este mes de enero. Un vino que sigo hace por lo menos diez cosechas; y que siempre me ha hechizados con sus nítidos perfumes  frutales (melón, duraznos blancos, damascos, peras) y florales, de mediana intensidad. En la boca se repiten las jugosas sensaciones frutales; siendo un vino muy untuoso, de buen cuerpo y acidez moderada. ¡Un vino exquisito, para gozar en una noche maravillosa junto al rio o frente al mar!  

Riglos Quinto Sauvignon Blanc 2012 ($80): Un blanco bastante “salvaje”, con todo el ímpetu y la frescura de los Sauvignon Blanc del Valle de Uco (Mendoza). Un vino con una tipicidad envidiable; de nariz marcadamente vegetal (pasto recién cortado, ruda) y algo frutada (ananá, cítricos); acompañada de una boca de acidez filosa, andar liviano,  grado alcohólico moderado y buena persistencia. ¡El aperitivo ideal en tardes de calor!

Lagrima Canela 2009 ($200): Realmente pocos vinos blancos en Argentina llegan a tanta complejidad y elegancia como este blend elaborado por el enólogo Walter Bressia. Un corte de uvas chardonnay y semillón sabiamente criado en barricas de roble, que da lugar a notable exponente. Al servirlo puede parecer algo parco y austero, pero luego de un ratito en la copa despiertan sus variados aromas de frutas frescas (manzanas, peras, damascos blancos), frutas secas (avellanas) y herbáceos suaves (manzanilla, te negro). Al llevarlo a la boca es un vino sumamente voluminoso -a ciegas podría parecer casi un tinto-, pleno de sabores, acidez perfectamente ensamblada y un larguísima persistencia. ¡Un blanco de lujo, para obsequiar o descorchar en una ocasión muy especial!

Dolium Chardonnay Dulce Natural 2012 ($55): Los vinos dulces son un boom de ventas en el último año, pero no todas las propuestas disponibles hoy en el mercado son realmente interesantes (hay demasiados productos blandos, empalagosos y casi planos). Sin embargo, este producto de la bodega mendocina Dolium se separa fácilmente del resto, destacando por su buen balance. Tiene aromas seductores que recuerdan a confitura de ananá y duraznos en almíbar; en la boca su dulzor moderado se equilibra  gracias a una buena acidez natural y un final amarguito muy suave. ¡Un blanco para beber más de una copa sin cansarse, acompañando postres frutales!

¿Y ustedes, que vinos blancos están disfrutando? ¡Hasta la próxima copa!

**Esta nota fue publicada originalmente en la web cordobesa de Circuito Gastronómico**

miércoles, 23 de enero de 2013

OCHO VINOS “VERDE-AMARELOS”


INTRODUCCIÓN:

Por alguna razón -que desconozco de manera consciente- me generan mucha curiosidad los vinos de Brasil. 

Desde que tuve la posibilidad de visitar por primera vez ese hermoso país en el año 2009 (en mi viaje de bodas), ya he comprado y probado -con mayor o menor acierto- más de una veintena de productos vínicos brasileños.

Debo reconocer que mis primeras experiencias no fueron muy buenas -quizás por falta de conocimiento-, ya que adquirí productos corrientes, dulzones y de baja calidad.

En mi segunda visita la experiencia fue algo mejor; descubriendo un par de vinos interesantes y de precio accesible, pero lamentablemente no pude adquirir más botellas pues no contaba con mucho presupuesto.

Para este último viaje -hace algunas semanas- me informé bien (gracias a un libro que me prestaron amablemente en el Consulado de Brasil) y creo que pude hacer algunas buenas compras. De paso, aprendí un poco sobre geografía y legislación enológica del país hermano.

EL VINO EN BRASIL:

Según la web de Wines of Brasil, existen en el país unas 10.000 ha implantadas con variedades viniferas (sobre un total de 89.000 ha de uvas, la mayoría para consumo en fresco y pasas).

Casi la totalidad de las comarcas vitivinícolas de Brasil están localizadas en el sur del país (excepto la pequeña región de Vale do Sao Francisco, en el Nordeste). La producción se concentra en los estados de Rio Grande do Sul (RS) -con notable preeminencia, aproximadamente el 90% en volumen- y Santa Catarina (SC).

En Río Grande do Sul se encuentra la ciudad de Bento Gonçalves, centro neurálgico de la actividad vitivinícola brasileña y cuna de la única Denominación de Origen del país, conocido como el “Vale dos Vinhedos” (Ver mapa).  

Según datos oficiales de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, hay en Brasil unas 92.000 hectáreas plantadas con viñedos en la actualidad; de las que se obtienen 3,5 millones de hectolitros de vino. El consumo per cápita es muy bajo, con menos de 2 litros/habitante/año.


MI EXPERIENCIA CON LOS VINOS BRASILEÑOS:

Estos son algunos de los vinos brasileños que compré en mí último viaje:


Aquí algunas notas de cata breves de los productos que ya he podido probar:

Almaden Ugni Blanc Suave 2012 (R$ 14): Un vino blanco elaborado en la región de Campanha -en el extremo sur del estado de Rio Grande, casi en el límite con Uruguay-, de perfil liviano y abocado (“suave”, en el etiquetado brasileño). Nariz de frutas blancas y trazos vegetales, que da paso a una boca blanda pero ágil -por su buena acidez-. ¡Un vino extremadamente simple, para disfrutar bien frío en el aperitivo! (RPC Correcta).

Almaden Gewürztraminer 2012 (R$ 17): Otro rico vino de la zona de Campanha, en este caso de perfil bien aromático y seco. Nariz limpia de flores silvestres y frutas cítricas, que da paso a una boca gustosa, ligera y fresca. ¡Blanco ideal para acompañar rabas o una secuencia de camarones!  (RPC Correcta a Buena).

Almaden Cabernet Sauvignon Rosé 2012 (R$ 20): Siguiendo en el sur del país, este rosado me sorprendió gratamente. Nariz de buena intensidad y mediana complejidad con notas de frutas ácidas, especias y dejos herbáceos; que da paso a una boca suculenta y de buen volumen, con acidez balanceada y persistencia media-larga ¡Un rosado para acompañar coxinhas en un mediodía de playa! (RPC Buena+).      

Miolo Gamay 2012 (R$ 20): Ya es la segunda cosecha que pruebo de este vino, y me encanta por su frescura y desenfado. Un vino con color de rosado, aromas de tinto joven y boca casi de blanco; que puede desorientar a quien lo degusta por primera vez (hasta parece difícil de imaginar, pero es característico de los productos vinificados por maceración carbónica como este). Proveniente de la prestigiosa región del Vale dos Viñedos, ofrece una nariz original y variada que recuerda a chicle de tutti-fruti, cáscara de plátanos, cerezas y mermelada de frambuesas (bien típicos de esta elaboración). En la boca es un vino franco, ligero y bien fluido -debido a su buena acidez y a sus taninos casi imperceptibles-. Un producto realmente muy diferente, al que “hay que tomarle el gusto”. Es una verdadera lástima que en Argentina no se elaboren casi vinos de este estilo ¡Lo serviría frío para disfrutar de su ligereza, junto a unas pizzas clásicas! (RPC Buena+).

Terranova Moscatel Dulce Espumoso NV (R$ 25): De la pequeña y exótica región nordestina de Vale do Sao Francisco -una zona de clima tropical, donde las vides dan naturalmente 2-3 cosechas por año- proviene este vino efervescente perfumado y dulce. Está elaborado también por la Vinícola Miolo (uno de los “monstruos” de la industria del vino del vecino país). Sus aromas a uva Moscatel son inconfundibles -uvas frescas, jazmines, cítricos-. Acompaña una boca etérea y refrescante; con dulzor moderado, bajo tenor alcohólico y burbujas cosquilleantes. ¡Para brindar y brindar sin parar, porque la alegría no es sólo brasileña! (RPC Correcta).

Aurora Colheita Tardía 2012 (R$ 25): Un vino dulce que me encantó por su gran elegancia y balance. Una cosecha tardía de uvas semillón y malvasía blanca, proveniente de la región de Serra Gaucha. Una nariz amplia de uvas frescas, miel, pasas, té verde y flores de manzanilla; que da paso a una boca sabrosa y plena, con perfecto equilibrio entre dulzor y acidez ¡Gran vino de postre, una verdadera sorpresa!  (RPC Buena a Muy Buena)

Casa Valduga Premivm Identidade Gewürztraminer 2012 (R$ 38): Casa Valduga es una de las empresas vitivinícolas más importantes y reputadas del país. Es una empresa familiar con más de 130 años de historia y poseen viñedos en las mejores regiones de Brasil. De la zona de Encruzilhada do Sul (en la Sierra Gaucha) proviene este gewürztraminer joven y delicado. La nariz es muy austera, con tenues aromas florales y frutales. En la boca se comporta franco, de perfil frutado, volumen medio, buena acidez y moderada persistencia. ¡Un buen blanco para comer, que respetará las características organolépticas del alimento! (RPC Regular a Correcta). 

Casa Valduga Premium Leopoldina Chardonnay 2012 (R$ 38): Un notable vino blanco, elaborado con las mejores uvas chardonnay de la DO Vale dos Viñedos. Un blanco de un color dorado muy suave, limpio y brillante. La nariz tiene diáfanos aromas frutales frescos, melosos y levemente herbáceos. La boca es su punto más alto, con una acidez y mineralidad vibrantes. Tiene un paso sabroso y fluido, repitiendo las sensaciones frutales y con una persistencia prolongada ¡Gran vino blanco, para acompañar pescados o mariscos! (RPC Buena a Muy Buena) 

LO QUE VIENE:

Sinceramente no creo que Brasil  pueda llegar a complicar a la industria vitivinícola nacional -al menos en el corto y mediano plazo-. Sin embargo es un caso a seguir de cerca; pues por su poderosa economía, sus grandes extensiones de terreno y su enorme mercado interno, puede llegar convertirse en un fuerte jugador del mercado global de vinos. 

El hecho de organizar el próximo Mundial de Futbol y los Juegos Olímpicos del 2016 seguramente llenará el país de visitantes extranjeros, así que allí nuestros hermanos brasileños tienen una excelente oportunidad para difundir sus vinos.

El tiempo lo dirá… Yo me quedo, copa en mano, escuchando a Antonio Carlos Jobim:


  

martes, 22 de enero de 2013

DAR EN EL BLANCO:


No tengo dudas que tomar vinos blancos en una elección certera en Argentina. Hace unos días lo pude comprobar -por enésima vez- en una degustación con mis alumnos de enología, al probar juntos seis productos del mismo segmento de precios ($25-30 pesos). Los dos vinos blancos de la jornada fueron notablemente superiores a sus pares tintos, incluso hasta para los mismísimos alumnos -que recién están haciendo sus primeras armas en el arte de la cata-.

Tan convencido estoy de lo sub-valuados que están los blancos nacionales, que hace rato que popularicé entre mis amigos la jocosa “Primera ley de Colmenarejo de la enología argentina”. Esta dice que “a igualdad de precios o rangos, siempre encontraremos mejores productos en las gamas de colores claros (blancos y rosados) que en las oscuras (tintos)”.

A pesar de que confieso mi marcada preferencia por los caldos rojos, los vinos blancos siempre son parte de mis comidas y reuniones, pues sé que tengo un enorme abanico de opciones para sorprender a mis invitados sin gastar demasiado.

Varias veces me he puesto a pensar en el porqué de estas diferencias, y sólo puedo hallar la explicación mercantilista de la “ley de oferta y demanda”. Como somos un país “tintocentrista” (si se me permite el neologismo), las uvas blancas son menos requeridas por la industria y por ello su coste es menor; lo que se traduce finalmente en valores de mercado más económicos para estos productos.

Como si esto fuera poco, me da la impresión que en nuestro país hay una mayor innovación en los vinos blancos, así que siempre aparecen nuevas etiquetas para descubrir.

Si quieren “dar en el blanco”, les recomiendo algunos de mis preferidos:

Cuarto de Milla Blanco S/A ($45): Este producto de estilo sumamente tradicional pertenece a la pequeña bodega mendocina Finca La Anita. Es un vino elaborado con un corte de uvas chardonnay y semillón, que ha sufrido un añejamiento moderado en barricas de roble. Tiene un bellísimo color dorado brillante, con la nariz dominada por las notas de crianza (vainilla, miel, pasas de uvas, cedro). En la boca es seco, pleno de sabores, con buena fluidez -a pesar de la potencia- y larga persistencia ¡Un blanco absolutamente diferente, que puede acompañar platos intensos y bien sazonados!

Infinitus Semillón-Torrontés 2011 ($49): La vitivinicultura de la Patagonia esconde algunas joyitas como esta, que vale la pena descubrir y disfrutar. Un blanco austero y muy elegante, ideal para la mesa acompañando frutos de mar. Sus aromas son sobrios y agradables (frutas de carozo, manzana verde, trazos de miel), así que no interfieren para nada con los alimentos. La boca es su punto más destacado;  tiene una entrada seca, es sabroso, de buen volumen, con  excelente acidez natural -que ayuda a “limpiar” adecuadamente el paladar- y larga persistencia. ¡Un blanco verdaderamente “gastronómico”, que no falla jamás con pescados o mariscos!   

Don Cristóbal Verdelho 2012 ($49,50): Un vino elaborado con una cepa portuguesa casi desconocida en nuestro medio. Este producto ya ha ganado varios reconocimientos en el extranjero, aunque por aquí sigue siendo todavía una novedad. Es un blanco bien ligero, de aromática frutal y boca delicada. Una copa como aperitivo es genial.  

Jean Rivier Tocai Reserva 2010 ($60): Un complejo y exquisito vino blanco de uvas tocai (friulano), fermentado y criado en barricas de roble; elaborado por manos suizas en San Rafael. En nariz sorprende por su complejidad, con trazos herbáceos y minerales (habituales en la región), notas a pan y levadura fresca; todo sabiamente enmarcado con suaves aportes de la madera (tostado, vainilla, lácteos). En boca es un vino de cuerpo medio, con una textura cremosa muy agradable y refrescante acidez. Es un verdadero desconocido, que merece ser descubierto y disfrutado.

Alta Vista Premium Torrontés 2011 ($69): Si tengo que elegir un Torrontés realmente “de manual de enología”, no hay dudas que mi favoritismo recae en este producto. Un blanco elaborado con uvas de Cafayate (Salta), que ofrece todos los atributos que uno espera de nuestra variedad emblemática. Seductores perfumes de uvas frescas y flores blancas (jazmines, azahares, rosas); que dan paso a una boca ágil, sumamente fresca, de sabores característicos y esa “puntita” de amargor que tan bien le queda. ¡Un vino ideal para compartir con un amigo extranjero, “inflando el pecho de orgullo”!   

Humberto Canale Old Vineyard Riesling 2011 ($70): Un blanco patagónico atractivo y diferente, elaborado con una uva de escasa difusión en nuestro país. Es un vino de nariz bastante austera, con sutiles notas herbáceas, florales y minerales. Es boca repite los aromas ya percibidos, sumados a una gran frescura natural (típica de las zonas frías), volumen medio y larga persistencia. Un gran vino para comer, por la sobriedad de su paso por boca. ¡Probarlo con una tabla de quesos suaves y leberwurst puede ser la gloria!

Luigi Bosca Gala 3 Blanco ($180): Seductora -y atípica- combinación de viognier, chardonnay y riesling; bien amalgamada con una breve crianza en barricas de roble. Es un vino de raza, con gran elegancia y marcada personalidad. Sus aromas se dirimen entre lo floral y lo especiado, con finas notas de vainilla aportadas por el roble. En boca es voluminoso pero no pesado, con buena acidez y un largísimo final. Es un enorme vino blanco, que pide comida a su lado para ser disfrutado en plenitud (se me ocurre que unos sorrentinos de salmón con una salsa de mariscos le irían de maravillas).

Trapiche Gran Medalla Chardonnay 2009 ($190): Un verdadero vino de lujo (y no sólo por el precio, que es bastante alto). Un varietal chardonnay de manual de enología, con todo lo que tiene que tener. Su nariz es extremadamente compleja, con frutas blancas de carozo, suaves notas mantecosas, tonos de vainilla y caramelo (del roble) y una puntita mineral que le suma complejidad. En boca es de gran volumen, armonioso y de medida acidez. Es un vino sumamente disfrutable, que no cansa para nada. Tiene una gran persistencia. Si bien está óptimo para tomarse ahora, creo que este vino podrá seguir ganando en botella por un par de años. Otro vino que necesita acompañarse con comida para realmente ser disfrutado (Un pescado blanco a la parrilla puede ser un gran compañero para que el vino se luzca en plenitud).

Lágrima Canela 2009 ($200): Realmente pocos vinos blancos en Argentina llegan a tanta complejidad y elegancia como este blend elaborado por el enólogo Walter Bressia. Un corte de uvas chardonnay y semillón sabiamente criado en barricas de roble, que da lugar a notable exponente. Al servirlo puede parecer algo parco y austero, pero luego de un ratito en la copa despiertan sus variados aromas de frutas frescas (manzanas, peras, damascos blancos), frutas secas (avellanas) y herbáceos suaves (manzanilla, te negro). Al llevarlo a la boca es un vino sumamente voluminoso -a ciegas podría parecer casi un tinto-, pleno de sabores, acidez perfectamente ensamblada y un larguísima persistencia. ¡Un blanco de lujo, para obsequiar o descorchar en una ocasión muy especial! 

**** Esta nota fue publicada originalmente en la excelente web de Fondo de Olla ****

miércoles, 16 de enero de 2013

VENDO CATAVINOS ANTIGUO


¡Una verdadera JOYITA para Sommeliers o Enófilos!

Aleación de cobre. Repujado exterior. Buen estado. Circa 1970

Consultas a: robertocolmenarejo@hotmail.com 

(envío a todo el país, previo depósito o transferencia)

domingo, 13 de enero de 2013

LOS VINOS DEL VERANO


¡Todos los reinos de la tierra por un vaso de vino! ¡Toda la ciencia de los hombres por la suave fragancia del mosto fermentado! ¡Todas las canciones de amor por el grato murmullo del vino que llena nuestras copas! (Omar Khayyam)

¡Llegó el verano! Para los más afortunados -que pueden salir de vacaciones- empezó la época de despertarse sin reloj, de andar sin prisas, de pasar las tardes soleadas en la pileta y de estirar las horas nocturnas en charlas con amigos…

En esta época estival, los vinos deben ser livianos, frutados y muy refrescantes. Es una  temporada ideal para beber blancos y rosados, o algún tinto suave apenas refrescado.

Si aceptan sugerencias, aquí tienen una selección con ocho ricos vinos para disfrutar:  

Valentín Chiappa Torrontés 2012 ($27): ¡Un vino blanco que huele a frutas frescas es siempre una tentadora propuesta en las tardes de calor! ¿No? Pues así este torrontés mendocino; colmado de nítidos aromas a uvas y cítricos. La boca es ligera, de buena acidez y con un amarguito final que invita a tomar otra copa más. ¡Buena opción para este tórrido verano cordobés, sin gastar demasiado!

Alambrado Sauvignon Blanc 2012 ($57): La bodega Familia Zuccardi despidió el año pasado con esta grata novedad, ideal para deleitarse en estas abrazadoras tardes de estío.  Un Sauvignon Blanc “hecho para gustar”, con toda la intensa tipicidad del cepaje (aunque sin excesos, afortunadamente). Este blanco ofrece una paleta aromática de mediana complejidad, donde pueden percibirse notas herbales (ruda, pasto verde) y de frutas ácidas (piña, pomelo blanco, lima). En la boca es bien liviano, refrescante y de trago amable, con una persistencia media. ¡Rico vino para tomar en el borde de la pileta, cuando el sol cae sobre el horizonte!

Mil Rosas 2012 ($27): Un rosado de merlot delicado y etéreo -elaborado por la bodega Norton- para tomar “casi como si fuera agua”. De aromas frutales simples y toques herbáceos, tiene una boca vaporosa y muy delgada, con entrada amable y acidez moderada. Servido bien frío es el maridaje ideal para las comidas veraniegas (ensaladas, tartas y sándwiches). ¡Todo lo que el cuerpo pide en un mediodía de calor!

Vía Libre Merlot 2011 ($33): Este es el estilo de los tintos que se disfrutan en verano,  juveniles y livianos, que incluso acepten ser refrescados para su consumo. Este merlot de la bodega Melodía entra sin dudas en esta categoría. Un tinto ligero, de aromática frutal fresca -más unas suaves notas de madera que complejizan sin invadir-; que se acompaña de una boca ágil, sabrosa y de agradable persistencia. ¡Una buena compra, en un precio muy atinado! 

Dolium Syrah 2010 ($78): Quienes me siguen con frecuencia saben de mi gusto por estos notables vinos mendocinos, que afortunadamente ya se consiguen en Córdoba. En la línea clásica, la bodega tiene este Syrah de buena tipicidad varietal y gran delicadeza. La nariz ofrece sugerentes reminiscencias orientales (especias dulces, dátiles, pasas, frutas secas), más las notas de la crianza en madera muy bien integradas. Al probarlo es un vino sumamente sedoso; de entrada apenas golosa pero paso de boca seca, pletórico de sabores, con taninos aterciopelados y una elegante persistencia ¡Gran vino, para una comida íntima en un bello atardecer veraniego!

Afincado Single Vineyard Los Aromos Cabernet Sauvignon 2008 ($180): Uno de los mejores tintos de la variedad que he degustado en los últimos meses. Un Cabernet Sauvignon que es toda potencia -pero sin resignar el garbo y la elegancia de los grandes vinos-. La nariz se muestra muy seductora, con un amplio abanico de frutas negras (cassis, zarzamoras) y especias (pimienta negra, clavo, nuez moscada); más algunos suaves trazos herbales y notas propias del contacto con madera (vainilla, tabaco, humo). En la boca es intenso, sabroso, con un leve “picor” característico, acidez calibrada a la perfección y larga persistencia. Un vino de altísima calidad, para disfrutar ya -o guardar un par de año más- ¡Porque en esta época también hay grandes ocasiones para celebrar!   

Cafayate Sparkling Dulce ($50): Siguiendo la moda de los vinos golosos, esta es una novedad de la tradicional bodega Etchart, ideal para disfrutar en estos tórridos días. Un espumoso dulce elaborado con un corte de uvas Torrontés, Sauvignon Blanc y Chardonnay; “desvergonzado” y bien livianito. La nariz no deja dudas de la tipicidad varietal, con esos inconfundibles perfumes de uvas frescas, flores y frutas cítricas. En la boca se presenta frutado y bastante dulzón -pero la acidez, las burbujas medianas y un leve retrogusto amarguito- balancean perfectamente el conjunto. ¡Las burbujas más festivas y dulces de la temporada!

Cruzat Cuvée Reserve Rosé Extra Brut ($90) ¿Qué puede haber más festivo que una copa flauta llena de chispeantes burbujas? Si te quedaste con ganas de seguir celebrando después de las fiestas, aquí tenés un excelente espumoso rosado para seguir con los “chin-chin” algunas semanas más. Un vino efervescente elaborado en su mayoría con uvas Pinot Noir por el método tradicional -con 24 meses de crianza sobre lías-, lo que le aporta una buena complejidad y delicadeza. En la nariz predominan los aromas de frutas rojas ácidas (cerezas, frambuesas), con algunas reminiscencias de la crianza (levadura fresca, pan tostado). En la boca es muy suave y de fina textura -debido a sus pequeñas burbujas-; con sabores frutales nítidos, refrescante acidez y notable persistencia. ¡Para seguir con los brindis todo el año 2013!

¿Y ustedes, que toman en estos días? ¡Aceptamos sugerencias!

**Esta nota fue publicada originalmente en la web cordobesa de Circuito Gastronómico**