viernes, 24 de mayo de 2013

SÉPTIMA LUPA BLOGUERA - CORTE ARGENTINO

PRESENTACIÓN:

Por séptima vez consecutiva -segunda en lo que va del año 2013-, el grupo de los Blogueros del Vino nos ponemos de acuerdo para realizar una nueva actividad en común. En esta oportunidad, volvemos a realizar una “Lupa Bloguera”.


Para quienes no nos siguen con frecuencia, aquí, pueden encontrar una breve explicación sobre el funcionamiento de esta actividad conjunta. Además aquí, aquí, aquí, aquí y aquí pueden leer sobre todas las experiencias anteriores. 


En esta nueva experiencia grupal -aprovechando la semana patria y la llegada de los primeros fríos- la elección recayó sobre vinos tintos de “Corte Argentino” (llamamos así a los vinos que combinan las cepas malbec y cabernet sauvignon). Como es ya costumbre, el rango de precios se dejó a criterio -y bolsillo- de cada bloguero. La idea fue nuevamente “barrer la góndola”, para que nuestros lectores puedan encontrar  diferentes opciones en la categoría elegida. 


LOS VINOS DE CORTE

Según la legislación argentina, se denominan vinos de corte -también genéricos, blends, coupages o assamblages- a todos aquellos que están elaborados combinando dos o más variedades de uva en cualquier proporción (siempre que ninguna supere el 85% de la mezcla). La ley no obliga al elaborador a declarar en la etiqueta los cepajes utilizados, aunque si este lo hace debe mencionarlos en orden decreciente de participación en la mezcla.

EL CORTE ARGENTINO

Hemos llamado “Corte Argentino” a un vino tinto genérico elaborado armonizando exclusivamente las cepas malbec y cabernet sauvignon (o viceversa). Esto es un nombre de fantasía, ya que no existe reglamentación alguna para esta definición.

Creo que esta denominación es sobre todo una expresión de deseo de los que amamos el vino nacional. A mí me gustaría -y supongo que a muchos enólogos y bodegueros del país también- que esta combinación fuera el emblema de los vinos tintos locales.

¡Estoy convencido que nuestra uva emblemática -malbec-, sabiamente combinada con el rey de los cepajes tintos -cabernet suavignon- puede lugar a grandes vinos argentos!


www.vinoxvos.com.ar

EL RANGO DE PRECIOS:

He elegido para esta Lupa Bloguera un vino tinto de algo más de $100. Es un segmento de precios bastante alto; pero no tengo dudas que en este rango se ubican quizás algunos de los mejores vinos nacionales, todavía con una buena relación precio-calidad.


VAMOS AL VINO ELEGIDO:

DV CATENA CABERNET-MALBEC 2007 ($110, en su cosecha actual. Vino guardado).

www.articulo.mercadolibre.com.ar

Vista: Límpido y brillante. Profundo color morado-violáceo, casi sin rastros de evolución (a pesar un vino cosecha 2007).

Olfato: Aromas agradables, expresivos y de intensidad media-alta. Demora un poco en abrirse, pero ofrece carácter sin estridencias. Las primeras sensaciones olfativas remiten a la cepa cabernet -cuero, especias, carne, frutas negras-, con suaves trazos de crianza -tostado, vainilla, ahumado- armoniosamente integrados. Al darle unos minutos en copa aparecen los descriptores tradicionales de Malbec -violetas, frutas rojas, mermeladas- complejizando aún más el conjunto.

Gusto: Muy agradable. Paso de boca sabroso y pleno, con profusión de sensaciones frutales maduras. Acidez balanceada, taninos nobles pero bien bruñidos por el tiempo en botella y una persistencia realmente prolongada.

Impresión global: ¡Un gran vino tinto, muy al gusto local! Los cinco años de evolución en botella lo han amalgamado notablemente, dando un vino muy rico y extremadamente bebible. 

Puntaje: 88/89 puntos. RPC: Buena a Muy Buena.


OTROS BLOGS QUE PARTICIPAN

Si quieren leer sobre otros vinos elegidos para “La Lupa Bloguera”, no dejen de visitar los blogs de los colegas participantes de esta actividad:


-          El Vino del Mes
-          Fabián Mitidieri
-          Mr. Wines
-          Rumbovino
-          Vinarquia
-          Vinos en Buenos Aires
-          Wine Mdq


martes, 21 de mayo de 2013

¿CÓMO ARMAR UNA TABLA DE QUESOS SENSACIONAL?


Como no sólo de vinos vive el hombre, una nota sobre mi otra pasión (los quesos):

¿Quién no disfruta juntarse con amigos alrededor de una buena picada? ¿Qué argentino sería capaz de resistirse a una seductora selección de diferentes quesos? 

Hacer una buena tabla de quesos es bastante simple, aquí algunos consejos básicos:

- Si la tabla se servirá como aperitivo -o antes de los postres, al estilo francés- se deben calcular unos 50 a 70 g de queso por persona. Si la tabla será el plato fuerte, debemos estimar 150 g por persona (no estaría mal agregar además unos fiambres o embutidos).

- Los quesos deben sacarse de la heladera media hora antes de servirse, pues si están muy fríos no podrán disfrutarse completamente sus aromas y sabores. Sin embargo, no es conveniente sacarlos con demasiada antelación, pues en climas cálidos los quesos comenzarán a “sudar” y perderán parte de su atractivo visual.

- Deben cortarse en trozos pequeños -como para dos bocados-, respetando la forma de la horma (los quesos de horma cuadrada o rectangular se cortan en bastones o cubos, los quesos de horma redonda se cortan en cuñas -triangulares- y los quesos muy duros directamente se desgranan con la punta de un cuchillo).

- Siempre se debe conservar un trocito de la cáscara en cada porción, excepto en los quesos que se desgranan o en aquellos que vienen envasados en material plástico. No es mala idea incluso dejar sobre la tabla un pedazo de cada queso sin cortar, como para los comensales puedan apreciar el formato y presentación de cada producto.

- Los franceses dicen “nunca menos de tres, nunca más de siete”, refiriéndose a la variedad de quesos que deben ofrecerse en una tabla. La idea es que siempre haya diversidad de aromas, sabores, texturas e intensidades. Una gran combinación podría ser: Cremoso, Maasdam, Trebolgiano y Azul.

- Al presentarlos los quesos en la tabla o bandeja, deben acomodarse desde afuera hacia adentro del más suave al más intenso (para comerlos en ese orden).

- Las frutas secas -nueces, almendras-, las frutas desecadas -pasas, higos- e incluso algunas frutas frescas -uvas, manzanas- son excelentes acompañantes de los quesos; además colaboran en la decoración y hacen más vistosa la tabla.

- Algunos quesos muy maduros y de sabores fuertes -camembert, brie, azul- armonizan muy bien por contraste con los productos agridulces, como mermeladas de cítricos o chutneys de frutas. ¡Sé que suena raro, pero la combinación es realmente excelente! 

- Si la tabla debe prepararse con bastante antelación, cubrirla completamente con film de polietileno antes de volverla a colocar en la heladera, para evitar que los quesos se sequen y reviren. ¡No olvidarse de sacarla un rato antes de servirla!

- Finalmente, hay que armar una buena panera (variedades blancas, integrales, algún pancito saborizado, etc.) y conseguir una rica botella de vino; para disfrutar al máximo de la tabla que hemos preparado. Si buscan algunas sugerencias para elegir el vino más adecuado, aquí una nota anterior sobre maridajes con quesos. ¡Bon Appetit!

miércoles, 8 de mayo de 2013

BEBO EN TÍ

Les dejo aquí una nota que escribí para la Revista Wine+ (Club del Vino de Argentina y Uruguay), publicada en la edición de abril de 2013. 

Los invitamos a recorrer la historia vitivinícola desde lo que rezan los evangelios. Pasajes y posturas que el cristianismo, el islamismo, el hinduismo y el budismo tienen para con nuestra bebida predilecta.



EL VINO EN EL CRISTIANISMO

La Biblia, el libro sagrado de los pueblos cristianos, contiene en su texto decenas de menciones a la noble bebida obtenida por fermentación de las uvas.

Esto no debería sorprendernos; ya que la región geográfica donde se desarrollan los acontecimientos plasmados en el sacro texto -conocida como el “Creciente Fértil” (Mesopotamia, Cercano Oriente y Egipto)-, se corresponden exactamente con la zona donde se supone que el hombre comenzó con el cultivo de la vid.

El Primer libro de las Crónicas confirma esto, pues en sus “censos y nóminas” menciona el nombre de las personas que estaban abocadas a estas tareas: “Semí, de los que cultivaban las viñas; Sabdí de Sefa, encargado de las provisiones de vino de las viñas” (27:27).

Estudiando el Antiguo Testamento, pueden hallarse numerosas referencias al vino como un don que ha sido dado por Dios para el beneficio de los hombres.

Así en el Génesis se lee la bendición de Isaac para Jacob: “Dios te dé, pues, el rocío del cielo, y de la riqueza de la tierra, abundancia de grano y de vino nuevo” (27:28).

En Deuteronomio es el propio Jehová quién ofrece generoso: “Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino dulce y tu aceite" (11:14). Y prosigue en Salmos: “las eras se llenarán de trigo, y los lagares desbordaran de vino nuevo y aceite fresco” (2:24).

Además, en varios pasajes de las sagradas escrituras se destaca la importancia del vino como un producto alimenticio valioso y apreciado.

En Jueces, un levita afirma: “Y hay tanto paja como forraje para nuestros asnos, y hay tanto pan como vino para mí y tu esclava y para el servidor que está con tu siervo. No hace falta cosa alguna” (19:19). 

Asimismo hay alguna mención a la vejez del vino como atributo de calidad, como se lee en Efesios: “No abandones a un viejo amigo, porque uno nuevo no vale tanto como él. Amigo nuevo es como vino nuevo; que se ponga añejo y lo beberás con placer” (9:10) 

No falta incluso alguna mención tolerante a la borrachera, aunque de manera ocasional.

El libro de la Sabiduría propone: “Embriaguémonos con vinos exquisitos y perfumes, que no se nos escape ninguna flor primaveral (…)” (2:7)

Isaías todavía hace un convite aún más indulgente: “¡Vengan, voy a ir a buscar vino; o mejor emborrachémonos con licor, pues mañana será como hoy o tal vez habrá mucho más! (56:12)

Sin embargo, son innumerables las recomendaciones que se hacen en el texto bíblico sobre el consumo moderado y responsable de esta bebida.

Como ejemplo, en el libro de Eclesiástico -considerado apócrifo para algunas ramas del cristianismo, no así para el catolicismo- se lee una exhortación directa: “Vino y mujeres extravían a los inteligentes” (19:2). 

Un poco más adelante, para matizar un poco ese dictamen, puede encontrarse la bellísima y sabia frase: “No te hagas el valiente con el vino, porque él ha sido la perdición de muchos. Como la fragua pone a prueba el temple del acero, el vino prueba al hombre en las disputas de los prepotentes. El vino es como la vida para el hombre, si lo bebe con moderación. ¿Qué es la vida a quien le falta el vino, que ha sido creado para contento de los hombres? (31:25-27).

Finalmente, en infinidad de pasajes se nos previene del mal uso de la bebida, de las consecuencias que el exceso de esta puede provocar.

Quizás los dos mejores advertencias estén en el libro de los Proverbios, donde se avisa: El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente! (20:1) y continúa “No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece en la copa; entra suavemente, pero al final como serpiente muerde. Tus ojos verán cosas extrañas y tu corazón proferirá perversidades” (23:31,32).




www.sistemadecreenciasvictor.wordpress.com


EL VINO EN EL ISLAMISMO:

En el mundo árabe pre-islámico, el vino -y las demás bebidas alcohólicas- se tenían en alta estima. Gran parte de la poesía árabe clásica está fuertemente influenciada por las temáticas báquicas, como las bellísimas “Rubaiyatas” que se atribuyen a Omar Kayyam.

Sin embargo, con el fuerte avance del Islamismo a partir de la Edad Media -y la consiguiente recopilación e implantación del Corán como libro sagrado-, este aprecio por las bebidas alcohólicas fue desapareciendo; ya que según las palabras del propio Profeta Mahoma: "las bebidas alcohólicas son origen de la abominación y de la inmundicia.". Al principio la prohibición fue sugerida y gradual, para finalmente hacerse tajante y definitiva: “Todo lo que embriaga consumido en gran cantidad está prohibido incluso en pequeña cantidad”.

En una de las primeras Suras del texto coránico puede leerse una frase más que elocuente, donde se hace una fuerte asociación del vino con todo lo malo, incluso con lo demoníaco: “¡Vosotros que creéis! Ciertamente el vino, el juego de azar, los altares de sacrificio y las flechas adivinatorias son una inmundicia procedente de la actividad de Satán; apartaos de todo ello y podréis tener éxito. Realmente Satanás quiere desencadenar entre vosotros la enemistad y el odio, sirviéndose del vino y del juego, y así apartaros del recuerdo de Alá (…)  ¿No desistiréis?” (Sura 5, Aleyas 90-91).

Como si todo esto fuera poco, Mahoma también afirmó explícitamente “la ira de Dios recae sobre diez grupos de personas que tienen relación con el alcohol: el que lo destila, aquella persona para la que se ha destilado, quien lo bebe, el que lo transporta, la persona para la que ha sido transportado, quien lo sirve, quien lo vende, quien utiliza el dinero producido por él, quien lo compra y quien lo compra para otros”.

De esta manera, el vino y demás bebidas están absolutamente vedadas para los casi 1.300.000.000 de fieles que profesan el Islamismo.

www.rincondelvago.com


EL VINO EN EL HINDUISMO:

El hinduismo es una religión -o mejor dicho, un conjunto de cultos diferentes- de tipo politeísta (dentro de las deidades que se veneran existe una menor llamada “Váruní”,   conocida como la “Diosa del Vino”).

Se rige básicamente por cuatro textos mayores llamados “Vedas”, que condensan las enseñanzas recibidas de Dios por los sabios a través del tiempo. Existen otros textos menores, que complementan la doctrina hinduista. Entre ellos, quizás los textos más antiguos sean los medicinales -ayurvédicos-, donde se recomienda el consumo de “drakshasava”; un vino parcialmente fermentado (5-10% de alcohol) aromatizado con varias hierbas y especias, al que se le reconocen propiedades digestivas y revitalizantes. 

Los hindúes están organizados socialmente por un sistema casi inamovible de castas. Las castas sociales más altas consumen regularmente bebidas alcohólicas como parte de sus ceremonias sociales y religiosas. Estas prácticas rituales ya estaban mencionadas en textos sagrados con más de 2000 años de antigüedad, así que se las considera legítimas.  

En el otro extremo, las castas sociales más bajas tienen prohibido beber alcohol -al igual que la mayoría de las mujeres-. Sin embargo, con la “occidentalización” de los hábitos de vida -y la flexibilización del sistema de castas logrado por Mahatma Ghandi- muchos hindúes de todos los estratos comienzan hoy a beber y disfrutar del vino.

Como vemos, esta religión no proscribe el vino ni los demás líquidos alcohólicos; que indudablemente acompañan a los pueblos indostánicos desde hace siglos. Ni siquiera el vegetarianismo estricto que practican la mayoría de hindúes es un impedimento para el disfrute de estas bebidas, ya que el vino es un producto natural y de origen vegetal. 

www.angelsomber.wordpress.com


EL VINO EN EL BUDISMO:

El budismo es una religión que no impone normas estrictas a sus practicantes, sino que propone preceptos morales que guíen sus vidas y les permitan soportar sabiamente y estoicamente las vicisitudes de la existencia humana.

Dentro de la Ética Budista, uno de los cinco preceptos sugiere “evitar tomar intoxicantes que alteren negativamente la mente”. Para los budistas más radicales esto implica prescindir absolutamente de las drogas, así como también del alcohol y la cafeína. Para los budistas menos extremos, el consumo moderado de bebidas alcohólicas o café está permitido, siempre y cuando no los alejé de los principios éticos que profesen.

La libertad que ofrece esta religión a sus seguidores -bastante similar a la que ofrece el hinduismo-, les permite disfrutar del vino si lo desean, siempre que sean mesurados.

www.123rf.com

miércoles, 1 de mayo de 2013

LOS OTROS MALBECS

www.elmalbec.com

“Un pueblo que no bebe su vino tiene un grave problema de identidad (Manuel Vázquez Montalbán, escritor y gastrónomo catalán)

El pasado miércoles 17 de abril se celebró en todo el mundo el Malbec World Day, una iniciativa de Wines of Argentina -organismo dedicado al fomento del consumo de vinos argentinos-, para promocionar nuestro cepaje tinto emblemático alrededor del mundo. Este acontecimiento se llevó adelante por tercer año consecutivo, con más de 70 eventos simultáneos en 60 importantes ciudades del planeta; combinando degustaciones, comidas, brindis, exposiciones y variadas manifestaciones artístico-culturales.

Decir Malbec suele ser equivalente a decir Mendoza, pues fue allí donde nuestra variedad insignia comenzó su andadura -a mediados del siglo XIX- para llegar a esta etapa de éxito que disfruta actualmente en nuestro país y en casi todo el planeta.

Sin embargo, esta noble uva tinta no se conformó con afincarse en la bella provincia cuyana, si no que de la mano de los agricultores y bodegueros se expandió generosamente por toda la geografía vitivinícola nacional -desde Jujuy hasta Chubut; pasando también por Córdoba, La Pampa, Entre Ríos y hasta Buenos Aires-. Esto dio lugar a una rica variedad de vinos elaborados con Malbec, que disfrutamos los consumidores locales.

Para los que están dispuestos a investigar, aquí les sugiero seis de “los otros malbecs”:

Santa Florentina Malbec 2012 ($19): Seguramente este no es el mejor Malbec que se elabora en la provincia de la Rioja, pero sí el más sencillo de encontrar y en un precio  muy accesible. Un tinto llano y fácil de beber; elaborado en formidables volúmenes por la Cooperativa Vitivinícola La Riojana, manteniendo siempre una calidad interesante. Sus aromas son frutados y herbáceos directos; ofreciendo un paso por boca ligero y veloz, alcohol moderado y persistencia media. ¡Un Malbec para todos los días!

Desierto 25 Malbec 2010 ($55): Hay que animarse a probar cosas diferentes, para ver hasta dónde puede llegar el Malbec patrio. En este caso con un producto elaborado por la Bodega del Desierto en la localidad de 25 de Mayo (La Pampa). Un tinto de perfil moderno, con la madera todavía presente y dominando un poco el conjunto -quizás por su juventud-; al airearlo también pueden percibirse aromas de frutas maduras y rasgos terrosos. En la boca es un vino fluido, de taninos apenas rugosos y un leve final amargo. ¡Rareza absoluta, que vale la pena probar alguna vez!

Gérôme Marteau Malbec Barricado en Roble 2008 ($65): La Patagonia suele ofrecer algunas sorpresitas, como este exquisito vino de un pequeña bodega familiar rionegrina. Un tinto sumamente delicado, que el tiempo de estiba ha pulido con sabiduría. La nariz ofrece recuerdos de frutas acidas -ciruelas, moras, cassis- y desecadas -pasas de uva-, más algunas sutiles notas minerales. Al llevarlo a la boca se repiten las sensaciones frutales nítidas; con paso ágil, volumen medio y taninos sedosos que sostienen una persistencia prolongada. ¡Quedan muy pocas botellas diponibles de este vino, así hay que moverse con rapidez si se quiere conseguir alguna para sorprenderse!  

Aguma Reserva Malbec 2010 ($72): Me ha costado bastante encontrar en San Juan un Malbec que me seduzca; hasta que pude degustar este tinto elaborado por el enólogo Oscar Biondolillo en la árida provincia cuyana. Otro vinos de perfil moderno y bastante goloso, colmado de recuerdos de frutas pasas y mermeladas -bien ensambladas con las intensas notas del roble (vainilla, tostado, caramelo)-. En la boca repite las sensaciones   golosas, con paso sabroso aunque algo cargado, acidez justa y taninos moderados ¡Un exponente destacado de la vitivinicultura sanjuanina!  

Noble de San Javier Reserva Malbec 2011 ($80): A mi leal saber y entender, el mejor vino elaborado actualmente en Córdoba; además de un excelente ejemplo de todo lo que puede ofrecer nuestra cepa emblemática en terruños aún poco explorados. Un tinto de Traslasierra con notable tipicidad varietal y buena estructura. En boca es jugoso, de perfil frutado y levemente herbáceo; con algunos dejos balsámicos y tostados del roble  en balanceada armonía. De final prolongado y agradable. ¡Una “joyita” local que hay que conocer, aunque haya que cruzarse las Altas Cumbres un fin de semana para visitar la bodega y conseguirlo! 

Laborum Malbec 2007 ($147): Después de Mendoza, seguramente fue en los Valles Calchaquíes donde la uva Malbec encontró otro terruño privilegiado para desarrollarse y ofrecer grandes vinos como este. Un tinto enjundioso pero elegante; con la impronta aromática del Noroeste a flor de piel (notas terrosas, especiadas, mentoladas y de frutas maduras), más delicados trazos lácticos y ahumados aportados por el roble. En la boca es intenso, sabroso, levemente picante, de paso lleno, acidez moderada y taninos firmes pero bruñidos por los años pasados en la botella. ¡Un destacado ejemplar salteño, en un momento óptimo para ser disfrutado!  

Si todas estas propuestas no son suficientes, o prefieren un clásico vino mendocino, no dejen de leer la nota: ¡Feliz, Día, Malbec! (del año pasado, con ocho recomendaciones imperdibles).

** Esta nota fue publicada originalmente en la web cordobesa de Circuito Gastronómico **