jueves, 1 de noviembre de 2012

VINOS Y PLACERES GOURMET CON ACENTO SERRANO

Les dejo aquí una nota que escribí para la Revista Wine+ (Club del Vino de Argentina y Uruguay), publicada en la edición de octubre de 2012. 

El texto propone un fin de semana de gastronomía y vinos en la ciudad de Córdoba y alrededores.

No es fácil pararse a mirar una ciudad con “ojos de turista” cuando uno lleva más de una década viviendo allí; sin embargo no deja de ser una tarea desafiante y atractiva.
El hecho de recomendar lugares para visitar o comer no me inquieta, pues gracias a mi actividad -relacionada a los vinos y la gastronomía- visito con frecuencia muchos de ellos. La cuestión pasa por lograr que las sugerencias seduzcan a los visitantes; que sean verdaderamente representativas de la ciudad y su entorno, para que les permitan llevarse una idea de lo que esta puede ofrecerles. 
Con las premisas anteriores en mente, trataré de armarles un recorrido de tres días por Córdoba y sus alrededores; para que disfruten de una región llena de rica historia y  gastronomía seductora. La primavera que comienza es la época ideal para visitar la ciudad. ¡Sean todos muy bienvenidos!  

DIA 1 (Viernes): Ciudad de Córdoba. Zona histórica.

La ciudad de Córdoba conserva orgullosa una buena parte de su pasado colonial y jesuita. En pleno microcentro se erige la Manzana Jesuítica (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000). Allí puede visitarse la Biblioteca Mayor de la Universidad Nacional de Córdoba, el Museo (ex-rectorado), el Colegio Nacional de Monserrat y algunas de las iglesias más antiguas de la ciudad.

Sugiero arrancar la mañana buscando un café por los locales de Il Caffetino Espresso (Belgrano 180 ó Duarte Quiros 53), quienes impulsaron el concepto “take away” mucho antes de que llegaran las grandes cadenas norteamericanas; para así “vasito en mano” poder aprovechar alguna de las visitas guiadas a este imponente monumento histórico.

Il Caffetino Espresso

Terminada la recorrida, hay que darse una vuelta por la zona Peatonal. La calle 9 de julio-25 de Mayo está reservada al uso pedestre en las ocho cuadras en las que atraviesa el centro de la ciudad, cobijada por hermosos pérgolas llenas de glicinas y enredaderas. Bajo esta fresca sombra es posible caminar pausadamente un largo rato, aprovechando para hacer algunas compras, ya que aquí se concentran una gran cantidad de negocios (también pueden visitarse algunos shoppings en el área central, pero creo que es mejor dejarlo como “plan b” por si el clima no acompaña). No dejen de comprar alfajores regionales en Chammas o La Quinta, además de entrar a tomar un café en el local de Bonafide (9 de Julio 75), cuyo aroma seductor los atraerá desde la calle.

Cuando el apetito empiece a dar señales, sugiero caminar un par de cuadras y almorzar en el Restaurante Mandarina (Obispo Trejo 171). Un lugar pequeño, sereno y de aires bohemios; donde el equipo comandado por Adriana Storani sirve comida rica, variada, natural y muy bien preparada. El espacio da para quedarse un rato y alargar la sobremesa, escuchando buena música y viendo a la gente pasar desde los ventanales. 

Restaurante Mandarina

Para hacer la digestión -y aprovechando el solcito de la siesta- se puede caminar por la recientemente ampliada Avenida Hipólito Irigoyen, visitando puntos de interés como el Patio Olmos (antigua escuela hoy convertida en shopping), el Arzobispado, el Paseo del Buen Pastor (otrora cárcel de mujeres, hoy paseo de compras y lugar de reunión de los estudiantes cordobeses), además de dos importantes hitos culturales como el Palacio Ferreyra-Museo Evita y el Museo Emilio Caraffa. Al final de esta arteria se arriba a la Ciudad Universitaria. Este es uno de los mayores “pulmones verdes” de la ciudad, donde se concentran muchos de los edificios que componen la Universidad Nacional de Córdoba. La zona es ideal para un pequeño paseo al aire libre bajo los árboles, disfrutando de la silenciosa belleza de sus plazas, paseos y lagos.

Para recuperar fuerzas luego de la caminata, nada mejor que una buena merienda. A apenas cinco minutos en taxi de allí hay que hacer una parada obligada en Cundeamor Víveres del Alma (Elías Yofre 1243 - Bº Jardín). Un restaurante-cafetería original y sumamente ecléctico, que de la mano de su chef Paula Massuh ofrece quizás una de las mejores pastelerías de la ciudad.

Cuando la noche ha caído, nada mejor que una ducha en el hotel, un poco de descanso y a prepararnos para una excelente cena en Casa Galán (www.casagalan.com.ar). Un elegante y acogedor restaurante a puertas cerradas, donde los hermanos María Ana, Lucas y Alejandro Galán cocinan y sirven -a mi leal saber y entender- la mejor cocina de la ciudad. Es imprescindible reservar con bastante anticipación, pues el lugar es pequeño y suele tener bastante demanda. Si bien las cómodas mesas y el sobrio living invitan a quedarse largo rato disfrutando de un buen café y un puro, les sugiero no trasnochar demasiado para aprovechar al máximo el día siguiente.   

DIA 2 (Sábado): Los Caminos del Vino de Córdoba.  

El segundo día hay que desayunar temprano en el hotel y partir raudamente hacia el norte por la Ruta Nacional 9, hasta llegar a la ciudad de Colonia Caroya -centro neurálgico de los Caminos del Vinos de Córdoba- donde puede vivenciarse de cerca el remoto origen de la industria vitivinícola nacional.  

Para comenzar el recorrido por esta zona hay que hacer una visita al Museo Jesuítico Nacional (ubicado en la ya mencionada Estancia de Jesús María); donde podrán observar objetos y testimonios de la actividad enológica -y productiva en general- de los frailes de esta orden durante los siglos XVII-XVIII.

Se puede continuar luego con una visita y degustación en alguna de las centenarias bodegas locales como La Caroyense (Av. San Martin 2281) o Nanini (Santos Nobile Norte 505). Si la elección recae en la primera, no hay que perder la oportunidad de hablar con Gabriel Campana -un enólogo apasionado de su tierra, que trabaja silenciosa e incansablemente desde hace varios años para cambiar el paradigma de calidad de los vinos locales-. Si se opta por la segunda visita, hay que dejarse guiar por el joven profesional Rafael Brico (un mendocino que se aquerenció a este suelo y desde hace casi un año elabora los vinos de tradicional bodega familiar). No olviden comprar algunas botellas del tradicional vino Frambua (cepaje que solamente se utiliza en esta región para la elaboración de vinos), con las que sorprenderán a sus amigos enófilos.   

Pasado el mediodía, se pueden reponer fuerzas en algunos de los múltiples restaurantes y parrillas que ofrece la localidad. Mi preferido es Macadam (Av. San Martin 3210), rústico y hermoso comedor donde se puede degustar la auténtica comida friulana de los primeros colonos, de la mano de Analía Prosdócimo -nieta de inmigrantes y celadora de las viejas tradiciones culinarias de sus “nonnos”-.


Restaurante Macadam

Por la tarde, antes de emprender el regreso, se puede dar una vuelta por la ciudad y aprovechar para adquirir algunos de los reputados -y exquisitos- embutidos típicos.

De regreso a Córdoba, hay que descansar un rato, cambiarse y prepararse para conocer algo de la noche local. Existen varios polos gastronómicos en la ciudad; yo propongo visitar el de Barrio Güemes (no muy lejos de la zona central). Para una cena liviana en un ambiente informal sin dudas la mejor opción es Tommy Gun (Av. Pueyrredón esquina Belgrano); un bar encantador donde pueden comerse buenas tablas y beberse cervezas importadas selectas, para terminar con un trago clásico cerrando la noche.

DIA 3 (Domingo): El Valle de Calamuchita. Vinos y gastronomía serrana.

¡Ultimo día del viaje para disfrutar a pleno! Esta vez la idea es virar hacia el sur y visitar el hermoso Valle de Calamuchita (reconocido en todo el país por sus verdes sierras y brillantes espejos de agua). Nuevamente conviene salir temprano, pues el recorrido implica algo más de una hora y media de manejo. Conduzcan tranquilos y disfruten del pintoresco paisaje por el que serpentea la Ruta Provincial 5, en el recorrido que une la ciudad capital con la famosa localidad de Villa General Belgrano. Una vez allí -y antes de seguir viaje hacia las bodegas- puede darse una vuelta por el pintoresco pueblo y hacerse de algunas cervezas artesanales, para disfrutar de vuelta en casa.   

En esta comarca pueden visitarse dos jóvenes proyectos productivos vitivinícolas (a unos 20 km de la villa serrana cada uno). En oposición con Colonia Caroya -de dilatada tradición vitivinícola-, la industria del vino -y del enoturismo- comenzó en Calamuchita hace apenas una década, de la mano de dos familias emprendedoras que se animaron a plantar viñedos en la región. Hoy se pueden visitar la pequeña y moderna bodega de Finca Atos (Calle pública s/n - paraje Atos Pampa); así como el imponente complejo de Estancia Las Cañitas Resort, Bodega y Viñedos (zona rural Villa Berna, sobre el camino a La Cumbrecita).

Viñedo otoñal en el Valle de Calamuchita

Cuando el estómago empiece a recordarnos que tenemos que satisfacerlo, recomiendo enfáticamente manejar algunos kilómetros más y almorzar en La Mora. Este es un restaurante-hostería enclavado en un entorno paradisíaco, donde puede disfrutarse de la hospitalidad de Marga y Marco Moreno. El menú está basado en productos orgánicos y locales, muchos de la propia huerta o del rio que pasa a pocos metros del lugar. Aquí también conviene reservar, pues el lugar es pequeño y está abierto sólo fines de semana.

Margarita y Marco Moreno (La Mora)

Cuando logren levantarse de la mesa -pues el lugar y los anfitriones invitan a quedarse-, hay que emprender el regreso a la ciudad. Conviene viajar tranquilo cuando todavía es de día, pues la ruta es bastante sinuosa y suele complicar un poco a quienes no la conocen. Si no se les ha hecho muy tarde, pueden desviarse un par de kilómetros y entrar a conocer la apacible ciudad de Alta Gracia (que también posee una Estancia Jesuítica y el Museo del Che Guevara).   

La noche del domingo se las dejo libres, para que elijan ustedes mismo que tienen ganas de comer...  Estoy seguro que allí encontrarán una buena opción para la cena de despedida !


6 comentarios:

  1. Roberto, muy buena nota y me la agendo para cuando visite Córdoba! No conozco la provincia y cada vez me dan mas ganas de ir por sus paisajes y sus vinos.
    Abrazo

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  2. Agendo para mi postergada visita a Córdoba.

    Gracias por la data!

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  3. Estimados FABIÁN y ARIEL:
    Los espero cuando quieran por mi provincia !! Siempre son bienvenidos en Córdoba !! Casa, copa y comida no les faltará...
    Un abrazo a ambos. ROBERTO.

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  4. Tengo muchas ganas de volver a la linda Córdoba!
    No conozco mucho, salvo algún paso fugaz por Ciudad, algo en Carlos Paz y bastante en el Valle de Calamuchita.
    Y algunos embalses y ciudades camino a Buenos Aires.

    A lo que más ganas le tengo es a Traslasierra!

    Abrazo!

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    1. CUERVO:
      Lo dicho para Fabian y Ariel también aplica para vos. Los espero por mi tierra cuando quieran !!
      Un abrazo. Gracias por comentar !!

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  5. Excelent nota Roberto.
    Soy tambien fanatico del buen vino y me mude a Cordoba hace menos de un año con mi familia. Estoy empezando a conocer lo hermosa que es la provincia y de a poco tambien sus vinos.
    Me gustaria colaborar con la promoción del camino del vino en cordoba y que mas gente tenga oportunidad de conocer sus bodegas.
    Si queres cuando tengas tiempo contactame y compartimos ideas.
    Saludos!
    Ale. (alemlopez@gmail.com)

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