El Diccionario de la
Real Academia Española reconoce el uso del adjetivo “tapado” en Sudamérica para referirse a una cosa, animal
o persona que tiene muy buenas condiciones o habilidades para algo, aunque sin aparentarlo.
El término fue acuñado en la jerga “burrera” (carreras de caballos), aunque hoy
su uso se ha extendido a otros ámbitos.
En el mundo del vino
también existen los “tapados”. Son esos productos poco conocidos, de nuevas
zonas, elaborados en lotes reducidos, provenientes de emprendimientos
familiares -o a veces de grandes bodegas-; que llegan al mercado casi sin
presupuesto de marketing o publicidad y aún con todo ello ofrecen vinos de
notable calidad.
Si aceptan mis
recomendaciones, aquí tienen cinco grandes “tapados” del vino argentino:
Bad
Brothers ToVio Blend 2016 ($180): Un vino norteño original y de
pequeña edición (6000 botellas), que en breve hará su desembarco en Córdoba. Fue
producido en el novel proyecto enológico “Bad Brothers Wines”, liderado por el
joven agrónomo Agustín Lanús. Es un
típico Torrontés de Cafayate, “cortado” con un pequeño porcentaje de Viognier
de Tolombón -que atenúa la personalidad arrolladora de la primera variedad, haciéndolo
ideal para quienes no gustan de los blancos excesivamente fragantes-. Propone
una nariz sobria, con sutiles fragancias florales -jazmines, rosas blancas-,
frutales -uvas frescas, cítricos- y algo herbales. En boca tiene entrada seca
pero afrutada, exhibe un cuerpo medio y paso untuoso, con correcta acidez y permanencia
moderada. Lo recomiendo con empanadas salteñas apenas picantes. ¡Para encargar unas
botellas a ese amigo que viaja al Noroeste!
Humberto
Canale Old Vines Semillón 2016 ($252): Segunda añada
de este soberbio vino rionegrino, prácticamente desconocido por aquí. Son
apenas 3500 botellas de un Semillón vinificado por la centenaria bodega
Humberto Canale, con racimos provenientes de una de sus fincas más antiguas (Finca
Milagros, implantada en 1942). Regala una nariz elegante y seductora, con
recuerdos de frutas de pepita -peras, manzanas-, miel y té negro. Al llevarlo a
la boca es gustoso y seco, aunque de nítido regusto meloso; tiene cuerpo medio
y paso fluido, con fresca acidez y persistencia media. Me parece un blanco bien
“gastronómico”, ideal para acompañar carnes blancas (pescados, pollo). Sin
dudas una buena compra, tanto para beber ahora como para almacenar un par de
años -el Semillón es un cepaje que suele envejecer muy bien, si se lo conserva
en condiciones adecuadas-. ¡Vinazo patagónico!
Banda
de los Tres Sucios El Tramposo Cabernet Franc 2014 ($335):
Con un nombre bastante curioso -y una
etiqueta de estilo “vintage”, inspirada en la Ley Seca americana-, la bodega
mendocina Vicentín presenta este tinto 100% Cabernet Franc. El mote de “sucios” remite a una cosecha difícil -como
fue la 2014 en Valle de Uco-, donde no se sabía realmente como evolucionarían
los vinos. Al final, con importantes cuidados y 16 meses de crianza en barricas
francesas, la enóloga Carola Tizio -y su equipo- lograron este producto de rigurosa
tipicidad varietal y perfil algo salvaje. Ostenta una paleta aromática de
mediana complejidad y notable frescura, donde predominan los tonos balsámicos
-menta, regaliz-, especiados -clavo-, terrosos y tostados/ahumados (aportados
por el roble). Al probarlo se lo descubre estructurado, sabroso y maduro; pleno
de sensaciones mentoladas, con balanceada acidez, taninos firmes y grato final
de boca. Un tinto “que pide carne asada” a su lado.
Mugrón
2013
($420): Un proyecto quizás inédito en la industria vitivinícola nacional. Un vino
hecho “a puro corazón” -y de manera colaborativa- por cinco enólogos completamente
enamorados de los Valles Calchaquíes. Rafael Domingo (Domingo Hermanos),
Claudio Maza (El Esteco), Alejandro Nesman (Piattelli Vineyards), Mariano
Quiroga Adamo y Francisco “Paco” Puga (El Porvenir) aportaron su tiempo, sus
ganas -y lo más importante, 500 litros de su mejor vino- para armar este corte tinto
de neta impronta norteña. Se trata de un ensamblaje compuesto por 60% Malbec,
20% de Tannat y 20% de Caberent Franc; todos vinificados por separado y
añejados brevemente en roble. Solamente 3300 botellas de un vino que rezuma
amistad, profesionalismo y orgullo por la tierra donde se vive y trabaja. El
vino se despacha con una nariz expresiva y bastante compleja, donde se
intercalan aromas de especias -pimentón ahumado-, frutas maduras -higos,
pasas-, balsámicos -anís, regaliz- y marcadamente terrosos. En la boca se
muestra potente y brioso; de entrada seca, paso recio y reminiscencias
especiadas; con una acidez equilibrada, taninos bien compactos y larga
persistencia. Desafortunadamente, debo decirles que esta primera cosecha ya está
agotada en origen, aunque escrutando un poco las góndolas locales todavía puede
aparecer alguna botellita. Hoy está a la venta la versión 2014, con un corte de
uvas diferentes pero exactamente la misma calidad. ¡Un vino “de culto”, para
atesorar en la cava personal!
Seclantás
Adentro Tannat 2013 ($900): ¡Si los productos anteriores
eran raros y escasos, que decir de este increíble Tannat vallisto del que únicamente
se han hecho 600 botellas! Viene de una finca
conocida como “La Encantada”, ubicada en el paraje Seclantás Adentro (entre
Molinos y Cachi, a más de 2200 m.s.n.m.), donde sólo hay plantadas 2 ½
hectáreas de viñedo. El proyecto pertenece al matrimonio
de Alicia Hasenbalg (psiquiatra argentina) y
Ovidiu Carabianu (cardiólogo rumano), quienes están radicados desde hace
varios años en Francia, pero vienen todos los años al país para la vendimia. La
enología está en manos de Don Raúl Dávalos, uno de los mayores conocedores del
terruño salteño. Las uvas son fermentadas con levaduras naturales, realizando
bazuqueos intensos -bruscos movimientos de los hollejos sobre el mosto- para
extraer al máximo las sustancias polifenólicas (color, estructura). Luego el
vino nuevo se pasa a barricas de roble usado durante 7-8 meses, con el fin de
atenuar un poco la “bravura” de sus taninos y de paso completar la fermentación
maloláctica. Finalmente se embotella y descansa un par de años antes de salir a
la venta. Yendo al vino en cuestión podemos decir que es profundo, concentrado
y enjundioso, con una imborrable huella norteña. Su nariz atesora acopio de
especias picantes -pimienta, paprika-, notas terrosas y levemente
empireumáticas -caucho, brea-. Al probarlo se lo siente estructurado y
poderoso, con su 15% de alcohol “bien al frente”, pleno de sabores maduros, con
los taninos aún rugosos y un prolongado final de boca. ¡Un Tannat “de
colección”!
¿Y ustedes, conocen
algún otro “tapado” de nuestra vitivinicultura?
**** Esta nota fue publicada originalmente en la web amiga de Circuito Gastronómico ****
¡Lindos tapados te elegiste! Afortunadamente pude probar algunos de ellos. Un detalle interesante: de los 5 que nombrás, hay tres que son salteños. Algo anda pasando en el NOA.
ResponderEliminarAbrazo
Querido ARIEL:
EliminarViste ?? Todos vinos poco conocidos pero muy atractivos !!
Evidentemente, en el NOA están pasando muchas cosas nuevas e interesantes. Estuve el finde pasado en Cafayate y me puse al día de muchas cositas que se vienen...
Además, confieso que mi corazón está con los vinos salteños !! Jeje
Gracias por pasar a comentar !!
Abrazo. ROBERTO
Roberto, muy buena recopilación. Me falta probar el Seclantás. De lo que probé últimamente agregaría Impaciente ($100) ;) Abrazo!
ResponderEliminarQuerido NICOLAS:
EliminarSi tenes acceso, el Seclantas Adentro es una "bomba" !! Tiene la potencia arrolladora del Tannat, pero muy "domada" e "internacionalizada" para hacerlo accesible. Creo que vale la pena !!
Gracias por pasar a comentar !!
Abrazo. ROBERTO
PD: El Malbec básico de Impaciente lo saqué hace poco en otra nota, tiene una muy buena RPC.
Qué buenas recomendaciones! Qué ganas de probarlos todos!!
ResponderEliminarLAURA:
EliminarArgentina tiene tantos vinos maravillosos, que no alcanza la vida para probarlos a todos !!
Pero si te consuela, a mi también me gustaría probar todos los vinos bolivianos que han salido en los últimos años...jeje
Gracias por pasar a comentar !!
Abrazo. ROBERTO