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Las
celebraciones de fin de año se acercan velozmente, obligándonos a definir la
selección de alimentos y bebidas que serviremos en nuestras mesas.
Pensando
en los enófilos más curiosos, hoy les dejo una recopilación con cinco “rarezas”.
Con ellas, amén de disfrutar, podrán descubrir la enorme diversidad que ofrece
nuestra industria vitivinícola.
Los Médanos Jugo
de Uva S/A
($150): Si bien no es un vino, este producto sin dudas merece estar incluido en
esta nota. Se trata de un exquisito jugo de uvas tintas 100% orgánicas,
ideado por la Bodega Vinecol (La Paz-Mendoza). Una bebida absolutamente natural,
con marcado sabor de la fruta fresca y un dulzor muy agradable. Lo imagino un
complemento ideal para una merienda o colación saludable, acompañando cereales,
frutas secas o panificados. Se me ocurre también como opción divertida para
que los niños de la casa puedan compartir el brindis navideño. Beber bien frio.
¡No todo es vino en la vida!
Alma Negra
Orange 2016
($495): Una verdadera extravagancia, de esas a las que ya nos tiene
acostumbrados el wine-maker Ernesto Catena. La propuesta aquí es un curioso
vino “naranja” de edición extremamente limitada -2666 hermosas botellas-, que
vale la pena buscar más allá de su escasez y alto precio. Esta vinificado en su
totalidad con cepajes blancos, pero fermentados con sus pieles (casi como si
fuera una elaboración de tinto). El resultado es un vino de pintoresco color naranja-cobrizo
translúcido y radiante. A la nariz ofrece una paleta aromática exótica y
compleja, donde se adivinan recuerdos de duraznos secos, cascarita de cítricos,
miel, caramelo, hierbas silvestres y resina. Al llevarlo a la boca es potente y
estructurado, aunque de gran fluidez; redunda en sabores maduros, con vibrante
acidez y acentuado amargor final. Puede acompañar sin inconvenientes platos
contundentes, incluso carnes rojas asadas. Servir frío, pero nunca “helado”.
¡Les va a costar encontrarlo en las góndolas locales, pero les aseguro que no
se van arrepentir! Si no llegan a esta, les cuento que en breve estará
disponible la nueva cosecha.
Vallisto Extremo
Criolla 2017
($290): De un centenario viñedo plantado a 2650 m.s.n.m. en el apartado poblado
de Hualfin (Catamarca-Valles Calchaquíes), nace este original vino tinto obtenido
de uvas Criollas. Se trata de una de las novedades del proyecto “Vallisto”, emprendimiento
vitivinícola que reúne a los enólogos Pancho Lavaque, Marcelo Pelleriti y Hugh
Ryman. Un vino de color rojo con muy baja intensidad -típico de la variedad-,
que a primera vista podría parecer casi un rosado. En la nariz tiene aromas
francos a frutas rojas frescas -ciruelas-, acompañados de algunos dejos vegetales
y terrosos. Al probarlo es ligero y vivaz, con jugosa acidez natural, taninos casi
imperceptibles y moderada permanencia. Recomiendo servir levemente refrescado. ¡Un
producto rico y bien “bebible”, para “hacer boca” en las primeras copas de la noche!
Estancia Los
Cardones Tigerstone Garnacha 2015 ($480): Otra de las primicias que llegaron
en las últimas semanas a las vinotecas cordobesas, también originada en los
Valles Calchaquíes. En este caso se trata de un vino de uvas Garnacha Tinta,
producido en una novel bodega ubicada en un inhóspito paraje cercano a la
localidad de Tolombón (Salta). La enología de la empresa está a cargo de
Alejandro “Colo” Sejanovich, un especialista en viticulturas extremas, que
busca siempre realizar vinificaciones con mínima intervención para resaltar las
características del terruño. Este producto vuelve a sorprender por su color
rojo cereza de mediana intensidad, perfectamente límpido y brillante. La nariz
tiene perfil frutal fresco -frambuesas, moras-, con ciertos toques balsámicos -anís,
regaliz- y terrosos. En la boca tiene silueta delgada y paso veloz; refrenda nítidas
sensaciones afrutadas, con fresca acidez, taninos mansos y persistencia media. Otro
tinto para servir algo refrescado, potenciando su juventud y frescura. ¡Un gran
exponente de la “nueva generación” de vinos norteños, que vale la pena
investigar!
Relator Zaino
Viejo Syrah 2008 ($600):
Cerramos esta selección con un espumoso muy singular y de tirada reducida, concebido por
las manos expertas de “Pepe” Reginato para el proyecto “Relator Wines” de Fernando “El Flaco”
Gabrielli. Un vino burbujeante que es una “rareza” por donde se la quiera mirar.
Primero, por qué está elaborado con uvas tintas Syrah, muy poco utilizadas en la
industria de los espumosos. Segundo, por haberse vinificado por el método “champenoise”
-segunda fermentación en botellas-, con una inusualmente prolongada crianza “sobre
lías” de casi ocho años. Tercero, por su bajo dosaje de azúcar en el tiraje
final, ofreciendo así un producto agradablemente seco y balanceado. Brinda una aromática
compleja y seductora, donde se perciben fragancias de frutas rojas ácidas -cassis,
arándanos-, especias -clavo, canela- y marcadas notas a levadura fresca. Al probarlo
tiene estructura media y paso muy sabroso; regala burbujas elegantes, balanceada
acidez y un grato final. Un espumoso versátil y de neto corte “gastronómico”, perfecto
para acompañar comidas, postres y demás dulzuras navideñas. ¡Para beber toda la
noche, desde el aperitivo hasta la sobremesa!
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