Fundo Tres
Esquinas – Pisco Tres Generaciones:
Siguiendo
con la recorrida, Cesar Costa nos guió hasta Subtanjalla (al norte de la ciudad
de Ica) para conocer el Fundo Tres Esquinas, propiedad que destila Pisco desde
el año 1856. Aquí nos encontramos con otra empresa familiar, aunque en una
escala algo más industrial. A esta bodega la comanda hoy la tercera generación,
representada por Consuelo y Cecilia Gonzáles, dos mujeres fuertes que mantienen
viva la tradición de calidad de su aguardiente.
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Antiguo muro en la entrada del fundo |
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Placa en homenaje a los 160 años de la empresa
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Con Consuelo Gonzáles y Cesar Costa |
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Con Cecelia Gonzáles y mi esposa |
En esta visita pudimos apreciar una importante
cantidad de piezas antiguas (una prensa de tornillo y husillo, lagares, piscos
-botijas donde se fermentaban los mostos-, diferentes alambiques, etc.), que
fueron magistralmente interpretadas por nuestro amigo Cesar. Esto nos permitió
imaginar cómo era la producción de Pisco hace más de un siglo atrás.
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Antigua falca (tipo de alambique) de ladrillos |
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Antigua falca de la ladrillos a leña |
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Pileta donde se recoge el destilado de los alambiques |
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Antigua prensa de tornillo |
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Lagar antiguo |
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Colección de botijos ("piscos") |
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Colección de botijos ("piscos") |
Por
supuesto que hubo tiempo para degustar sus destilados. Destaco -a mi gusto
personal- el Pisco Puro de Albilla, de gran sabor y persistencia, perfecto para
hacer cócteles.
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Pisco Sour con Tres Generaciones Puro de Albilla (hubo varios) |
Como
no nos alcanzó el tiempo ese día, volvimos al siguiente para un almuerzo
realmente memorable en el Restaurante “La Olla de Juanita” (también propiedad
de la familia, y una referencia ineludible para quienes estén recorriendo la
zona de Ica). Todos los platos que disfrutamos fueron excelentes, abundantes y
de perfecta sazón. Pero guardo un recuerdo vívido e indeleble de la “ensalada
de pallares verdes” -increíblemente fresca, con esa textura suave y cremosa de
los porotos y una generosa porción de buen aceite de oliva para dar sazón-, que
seguramente quedará en mi memoria gustativa por largo tiempo. Como si fuera
poco, tuvimos el honor de compartir la mesa con Cecilia Gonzales, así que la charla
de sobremesa -pisco sours mediante- se estiró hasta casi las cinco de la tarde.
¡Sólo tengo palabras de agradecimiento para la hospitalidad de la familia!
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Acceso al Restaurante |
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Otra vista del acceso |
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Ensalada de pallares verdes (¡absolutamente gloriosa!) |
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Arroz con pato y carapulcra |
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Seco de cordero |
Sin
dudas otra pisquera a la que hay que prestarle mucha atención, pues sus
productos exhiben una notable calidad y tienen un precio de mercado sumamente
competitivo.
Hacienda La
Caravedo – Pisco Portón:
Para
quienes no somos peruanos, Pisco Portón es sin dudas la marca de referencia de
esta bebida. Contrariamente a lo que podría suponerse, se trata de una empresa relativamente
pequeña -elabora apenas 200.000 litros/año-, pero que en un corto período de
tiempo se ha ganado el reconocimiento mundial por sus productos. Liderando este
proyecto se encuentra el “master distiller” Johnny Schuler, reputado catador e
incansable embajador de los Piscos del Perú.
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Entrada a Hacienda La Caravedo |
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Al fondo, la moderna destilería |
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Con la jefa de enología de Pisco Portón |
Llegamos
a la Hacienda La Caravedo (en el departamento de Salas-Guadalupe, al norte de
Ica) por la gentileza de Jorge Llanos Goyena, quién tramitó nuestra visita con
antelación. Esta bodega tiene fama de no abrir sus puertas a los visitantes con facilidad, así que nos sentimos muy afortunados de haber podido conocerla.
Según documentos históricos, en esta propiedad hay registros de
destilación desde el año 1684, lo que convertiría a este fundo en el primero
del país en producir aguardientes.
Allí
tuvimos la enorme fortuna que nos recibiera la jefa de enología del proyecto,
lo que convirtió el paseo en una verdadera clase magistral sobre el Pisco.
Pudimos admirar la bella e imponente casa patronal, la pérgola-jardín de
variedades pisqueras, los amplios viñedos, el antiguo lagar, la enorme prensa de
madera de huarango, la colección de botijos de barro; para terminar finalmente
en las instalaciones de la nueva bodega, de diseño vanguardista, presencia
inmaculada y equipada con cuatro alambiques alemanes de última generación.
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Imponente casa patronal |
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Jardín de variedades pisqueras |
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Colección de botijos sobre una antigua pared
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Antigua prensa de madera de huarango |
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Modernos alambiques alemanes de cobre |
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Higiene impecable en todas las instalaciones |
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Equipamiento de acero inoxidable |
Para
coronar una soberbia experiencia, se nos permitió probar una gran cantidad de
piscos, entre los que se encontraban algunos de carácter experimental que no están
disponibles para la venta. Entre lo más interesante que pude catar estaban un
aguardiente de uva Quebranta con 55% de alcohol y un pisco fermentado en
botijos a la usanza del siglo XIX. Hablando de sus variedades comerciales, el
que más me gustó fue el Mosto Verde de Quebranta.
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Probando de todos los tanques (¡de todos!) |
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Aguardiente de uva quebranta 55% |
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Pisco fermentado en botijos, a la usanza del siglo XIX |
Caía
la noche cuando salimos de la bodega, casi sin darnos cuenta del tiempo que
habíamos estado allí. ¡Verdaderamente fue una experiencia muy enriquecedora,
así que agradezco a todos los que la hicieron posible!
¿Me
siguen en esta aventura? La semana próxima les cuento sobre la última de mis
visitas, además de las impresiones que me dejó la industria vitivinícola
peruana. ¡SALUD!
***** Un extracto de esta nota fue publicado originalmente en el sitio web peruano de cultura, arte y gastronomía www.limagris.com *****
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