Nos alojamos en la bellísima Hostería “Las Jarillas”, propiedad de la familia. Un lugar maravilloso!! Toda la construcción está realizada con materiales locales (piedra, madera y cañas), sabiamente combinados con otros materiales antiguos reciclados (de viejas demoliciones porteñas); en perfecta armonía entre sí y con el entorno natural que lo rodea. El jardín que envuelve a la edificación es de ensueño; lleno de plantas, flores, árboles autóctonos e infinidad de pájaros y pequeños roedores. El silencio es absoluto, por las mañanas se puede oír el canto de los pájaros (http://www.lasjarillas-sjavier.com.ar).
Pasando al tema del vino, principal leitmotiv de mi viaje, voy a resumirles la historia de cómo llega allí la bodega. Nicolás Jascalevich es un Licenciado en Alimentación que siempre sintió atracción por el elixir de Baco; por eso cuando terminó sus estudios en Buenos Aires se fue a Europa -primero a Francia y luego a Italia- para especializarse en enología. Cuando sus padres decidieron mudarse a Traslasierra buscando una vida más tranquila, él se vino con ellos y se puso a investigar sobre las posibilidades productivas de la región. En esas indagaciones descubrió que la zona tenía una larga tradición vitivinícola, pero que casi había desaparecido en los últimos diez años. Así, se arriesgo y plantó dos hectáreas de malbec y cabernet sauvignon en los alrededores de la hostería familiar. Luego esperó pacientemente que las vides prosperaran y se adaptaran al terruño, para comenzar a elaborar vinos en el año 2008. Con el paso de los años vinieron otras pequeñas parcelas en zonas aledañas, en sociedad con otras personas interesadas en el negocio (*). La vinificación siempre fue realizada a muy pequeña escala y exclusivamente con uvas locales, primero en la casa familiar y desde este año en su flamante pequeña bodega subterránea.
Del Vino Noble de San Javier (http://www.nobledesanjavier.com.ar) se elaboran unas 1000 botellas por año aproximadamente. Solamente se comercializan en la bodega y en algunos restaurantes de la zona. Se elaboran tres productos con la misma marca:
- Noble de San Javier Rosado ($30): Probamos la cosecha 2010. Un rosado de malbec bien fresco, liviano y frutal. Simple y agradable de tomar.
- Noble de San Javier Tinto Malbec-Cabernet ($30): Probamos la cosecha 2010. Un buen tinto joven de cuerpo medio y acidez moderada, con agradable tipicidad varietal y persistencia media en boca.
- Noble de San Javier Reserva Malbec ($60): Probamos la cosecha 2009 (que tuvo 12 meses en barricas americanas nuevas). Un vino de buena estructura y notable equilibrio. Buena tipicidad varietal, con notas balsámicas y tostadas del roble en agradable armonía. Persistencia larga y sabroso final de boca. Una verdadera sorpresa para mí !!
Degustar estos vinos de Traslasierra me permitió seguir confirmando mi teoría sobre el gran potencial que tiene Córdoba para la elaboración de vinos (apoyado en una rica tradición -desconocida por la mayoría- que tiene más de 400 años en la provincia).
La verdad es que fue un fin de semana excelente, que espero se repita en breve!! Luego de contarles mi experiencia a algunos enólogos mendocinos, me han pedido venir a Córdoba a visitar este emprendimiento -y otros de diversas regiones de la provincia- para descubrir “de primera mano” lo que está pasando con los vinos cordobeses…
(*) Me parece importante destacar que los viñedos se manejan de manera totalmente orgánica (está a punto de certificar algunas parcelas) y además biodinámica. Durante el fin de semana que compartimos en su bodega, Nicolás me enseño un montón de cosas sobre este tipo de agricultura sostenible, impulsada por el viñatero francés Nicolás Joly, sobre la base de los postulados antroposóficos del Dr. Rudolf Steiner.