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Existen en la
actualidad 18.223 ha implantadas (INV,
2011). La mayor difusión se da en Mendoza, principalmente en los oasis del norte
y este provincial. También se la cultiva en San Juan, La Rioja y Salta, aunque
en cantidades sensiblemente menores.
Durante décadas la
variedad Bonarda fue considerada de calidad “inferior”, por lo que se mezclaba
con otras uvas en los vinos de corte tintos (los archiconocidos “borgoña”
argentinos). Gran parte de esta mala fama sólo se debía a un mal manejo de la
uva en el viñedo, con rendimientos elevados que diluían sus notables
características varietales.
A fines de la década
del 90´ varias bodegas -con Nieto Senetiner y Zuccardi a la cabeza- comenzaron a
trabajar seriamente con este cepaje, obteniendo resultados de notable calidad.
Hoy los vinos elaborados con Bonarda tienen amplia presencia en el mercado,
aparecen ejemplares de alta gama e incluso se la menciona como un sucesor del
malbec.
Si quieren saber “de
qué va” esta uva tinta, aquí cinco sugerencias en un rango de precios accesible
a la mayoría de los bolsillos:
Vía
Blanca Bonarda 2011 ($35): No hay muchos bonardas del sur de
Mendoza -y aún menos en este segmento de precios moderado-, así que esta
novedad de la centenaria Bodega Iaccarini interesa por partida doble. Un tinto
tenue y liviano, de aromas frutales directos y leves trazos herbáceos. En la
boca es agradable, de paso veloz, buena acidez, taninos apenas rugosos y
persistencia media. ¡Vino simple y rico, para compartir en el almuerzo familiar dominguero!
Colonia Las Liebres Bonarda Argentino 2012 ($60): Ya he mencionado este vino en alguna otra oportunidad, pues me parece un excelente ejemplo de lo que este cepaje puede ofrecer en nuestro país. Un tinto simple pero exquisito, pura uva, fermentado con levaduras naturales y sin ningún tipo de contacto con roble. En la nariz ofrece aromas de frutas rojas frescas (ciruelas ácidas, guindas, moras), herbáceos y de especias picantes (pimienta negra). Al probarlo se lo siente jugoso y muy vivaz, debido a su cuerpo grácil y acidez refrescante; termina con taninos apenas perceptibles y persistencia media. ¡Genial con bifes a la criolla, carbonada o puchero!
Nieto
Senetiner Bonarda 2011 ($63): Una de las pioneras en el
desarrollo del bonarda en nuestro país, esta prestigiosa bodega mendocina
elabora productos notables en todas sus gamas de precios. Esta es su línea intermedia,
donde ofrece un producto sabroso y muy bebible. De aromática frutal madura (ciruelas,
cassis), ofrece además notas golosas algo marcadas del contacto con roble
(vainilla, caramelo); la boca promete nuevamente sensaciones maduras, con
entrada amable, cuerpo medio y acidez balanceada, taninos pulidos y
persistencia media. ¡Tinto para disfrutar en el asado semanal con los amigos!
Montesco
Finca Anchoris Bonarda 2012 ($75): Este vino es uno
de mis preferidos de Passionate Wines, el pequeño proyecto personal del joven enólogo
Matías Michelini. Un producto algo
difícil de conseguir por Córdoba, pero que vale la pena el esfuerzo de la
búsqueda. Un tinto joven e impetuoso elaborado en el Valle de Uco (Mendoza); de
aromas muy complejos que se ofrecen generosos en notas florales, frutales
confitadas, especiadas e incluso algo empireumáticas -ahumado, caucho-; todo
eso sumado a una boca de entrada seca, paso gustoso y bien fluido -gracias a la
acidez natural de las zonas frías-, taninos levemente astringentes y
persistencia media-larga. ¡Un buen vino para acompañar platos invernales
contundentes, como guiso de lentejas o polenta!
Serie
A Bonarda 2011 ($75): Un vino muy interesante de
Bodega Familia Zuccardi, que explota con sabiduría todo lo que puede dar la uva
bonarda en las cálidas regiones del este mendocino. Un tinto de color violáceo
profundo, intenso y de lágrimas espesas. En la nariz ofrece una rica y variada paleta
aromática, donde predominan notas frutales maduras (ciruelas pasas,
mermeladas), con trazos especiados y terrosos. En la boca tiene paso franco y
sabroso, con entrada seca, acidez balanceada, taninos firmes -pero suaves- y
destacada persistencia para el rango. ¡Delicioso para acompañar pastas a la bolognesa, en gélidas noches de agosto!
¿Y ustedes, tienen
algún Bonarda favorito?
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