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¡Siguen pasando las
semanas, y la primavera que no quiere hacerse presente! A veces el clima nos embelesa
con un par de días cálidos, pero inmediatamente nos sacude -y hasta nos
engripa- con un fin de semana lluvioso y frío.
Tal parece que vamos a
seguir inestables y con días frescos, así que mejor volver a pensar en una
selección de vinos vigorosos y sápidos. Para descansar del “varietalismo”
imperante, aquí van mis seis sugerencias de blends tintos para beber en
primavera:
Rincón
Famoso Tinto 2011 ($77): ¡Histórico vino de Bodegas López,
que acompaña a los argentinos desde 1938! Un tinto elaborado a la “vieja
usanza”, con largos períodos de envejecimiento en toneles de roble de gran
tamaño. Un estilo de producción bastante tradicional, que se aleja de los cánones de la
enología actual, pero que sigue seduciendo a muchos paladares (entre los que me
incluyo). Se obtiene con un estudiado corte de cepas Sangiovese, Merlot y
Malbec de viñedos propios, añejado pacientemente durante un lustro en añosos toneles.
De color pardo rojizo; brinda en nariz un “bouquet” de crianza bien
desarrollado, con evocaciones de frutas secas, pasas, cuero y especias. En boca
es ligero y veloz, de paso delicado y sedoso, con acertada acidez, taninos
pulidos y mediana persistencia. ¡Un vino ideal para la mesa diaria, sin gastar
demasiado!
Las
Perdices Syrah-Viognier 2014 ($109): Con una atípica
combinación de uvas rojas y blancas, este vino mendocino “rompe un poco los
esquemas” de los tintos nacionales. Imitando una antigua práctica del Valle del
Rodano (Francia), se fermentan juntas uvas Syrah (93%) y Viognier (7%), para
dar lugar a una co-pigmentación enzimática natural. De esta manera, el pequeño
aporte de uvas blancas colabora en extraer mayor color de las tintas; además de
aportarle vivacidad, frescura y aromas originales. Así se logra un tinto de
color rojo-violáceo muy brillante; que entrega una nariz diáfana con recuerdos
de flores silvestres, frutas rojas, especias y sensaciones “cárnicas”; complementada
por una boca sabrosa y vivaz, de entrada amable y cuerpo medio, con fresca acidez,
taninos mansos y permanencia moderada. ¡Para escoltar el asado familiar de los
domingos!
Stutz
Roble 14 Blend 2014 ($160): Una novedad absoluta en las
góndolas locales, que llega de la mano de la pequeña bodega familiar Stutz
(Cafayate-Salta). Está vinificado combinando un 65% de Malbec, un 21% de Cabernet
Sauvignon y un 14% de Tannat (sólo este último levemente barricado). El
resultado es un producto de sofisticada paleta aromática, donde destacan fragancias
de frutas maduras, pimiento rojo y especias dulces -canela, pimentón-; todo
enmarcado en sutiles notas de vainilla y chocolate. Al probarlo se lo descubre intenso
pero muy fluido, todavía algo “maderoso”, con correcta acidez, taninos
apretados y persistencia media. Un vino que ya puede disfrutarse perfectamente,
pero que sin dudas ganará en armonía con algunos meses más de estiba en
botella. ¡Perfecto para maridar empanadas salteñas o tamales!
La
Puerta Gran Reserva 2012 ($250): La provincia de La Rioja
está bien representada en esta selección, con uno de sus productos más icónicos.
Un corte tinto de amplia base Malbec (65%), con porcentajes menores de Bonarda
y Syrah, añejado parcialmente en barricas de roble nuevas. Un vino vigoroso y
levemente rústico; donde se distinguen nítidos aromas de frutas pasas sobre un
fondo terroso y empireumático -caucho, brea-, además de la presencia de madera muy
bien integrada. En la boca se revela voluminoso y lleno, de entrada recia y
paso seco, repite impresiones maduras, con correcta acidez, taninos algo rugosos
y larga persistencia. ¡Compañero inseparable de guisos o cazuelas!
Catalpa
Assemblage 2011 ($292): ¡El Valle de Uco (Mendoza) no
deja de sorprender, ofreciendo en cada cosecha vinos más amplios, profundos y
definidos! Tal es el caso de este exquisito tinto de la bodega franco-argentina
Atamisque, que me sedujo desde que lo degusté por primera vez. Un complejo
ensamblaje de uvas Cabernet Franc (60%), Merlot (20%), Malbec (10%) y Cabernet
Sauvignon (10%); con un año de crianza en barricas nuevas de roble francés -y
otro tanto en botellas antes de salir al mercado-. Esto da lugar a un vino
tinto de perfil moderno, equilibrado y muy bebible. Regala aromas de frutas
negras, especias y trazos balsámicos -regaliz, eucaliptus, mentol-, sobre un
fondo mineral marcado. Al llevarlo a la boca se lo percibe juvenil y carnoso,
de buen volumen y gran fluidez, redunda en frescas sensaciones balsámicas, con vibrante
acidez natural, taninos firmes y grato post-gusto. ¡Tinto de lujo, para
descorchar en una noche especial!
Doña
Ascensión 2013 ($344): Cerramos esta selección con otro
vino salteño de alta calidad y partidas realmente limitadas (apenas 3000
botellas/año). Un tinto elaborado con una cuidadosa selección de uvas Malbec y
Cabernet Sauvignon provenientes de la zona más alta de los Valles Calchaquíes, que
muestra los bríos típicos que el terruño infunde a sus vinos. Este producto
prescinde absolutamente del contacto con roble, y aún así exhibe un porte exuberante
y complejo. Ofrece una nariz fascinante, cargada de frutas negras, especias
picantes y dejos terrosos; que continúan en una boca sabrosa y potente, de
entrada seca y paso impetuoso, con reminiscencias especiadas, balanceada
acidez, taninos compactos y una larga permanencia. Un vino costoso y a veces
difícil de hallar en Córdoba, pero que sin dudas vale cada peso pagado por él. ¡Imprescindible
con un cordero o cabrito a la llama!
¿Y para ustedes, cuáles
son sus blends tintos preferidos?
***** Esta nota fue publicada originalmente en la web amiga de Circuito Gastronómico *****
***** Esta nota fue publicada originalmente en la web amiga de Circuito Gastronómico *****