jueves, 29 de marzo de 2012

CUARTA CATA INTERBLOGS

Por cuarta vez el grupo de los Blogueros del Vino nos pusimos de acuerdo para hacer en conjunto una nueva Cata Interblogs.

La idea fue nuevamente elegir -de común acuerdo entre todos- tres etiquetas de la misma variedad, añada y segmento de precios, pero de diferentes regiones o marcas. En esta oportunidad la cepa elegida fue Syrah y el rango de precios $25-30.

Luego de una debatida votación on-line, los vinos seleccionados para catar fueron:

  • Las Moras Syrah 2011
  • Callia Alta Syrah 2011
  • Elementos Syrah 2011

Una vez acordados los productos, cada uno de los integrantes del grupo los adquirió en el comercio minorista, los degustó y puntuó por su cuenta -dentro de un lapso preestablecido, en este caso algo más de un mes-. De aquí cada integrante armó un ranking de acuerdo a sus preferencias.

Finalizado el tiempo estipulado, dos de los integrantes del grupo -una vez más, el siempre bien predispuesto Fabián Mitidieri, con ayuda posterior del Cuervo Adrián- recibieron los resultados de todas las catas y los ordenaron para obtener un podio general.

Para hacer esto muy transparente, lo que hicieron Fabián y Adrián fue asignar -sobre la base de los puntajes que cada bloguero les envió- tres puntos al vino que salió primero, dos puntos al que salió segundo y un punto al que salió tercero. De esta manera, al hacer la sumatoria total de todos los rankings del grupo, se pudo armar un podio general de la cata.


El podio de la Tercera Cata Interblogs quedó así:

Primer Puesto: Elementos Syrah 2011 (29 pts totales)

Segundo Puesto: Callia Alta Syrah 2011 (23 pts totales)

Tercer Puesto: Las Moras Syrah 2011 (14 pts totales)

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Por primera vez en estas catas, la mayoría de los participantes (8 de 11) coincidimos en el primer puesto del ranking. Es notable también como en esta oportunidad la brecha entre el primero y el segundo fue relativamente importante; sin decir que la distancia al tercero fue abismal (lo que habla principalmente de la calidad del producto elegido como ganador, aunque cabe recordar que este vino tiene un precio unos 4-5 pesos más elevado; lo que en este segmento de precios bajos puede significar un salto de calidad apreciable).

A continuación mis notas de cata y puntajes que le asigné a cada producto:

Muestra Nº1: Las Moras Syrah 2011 (San Juan - $23,50)

Vista: Límpido. Color violáceo de intensidad media.

Olfato: Nariz agradable. Aromas simples, perfil frutado maduro con trazos especiados. Poca complejidad.

Gusto: Boca agradable, muy simple y liviana. Entrada apenas golosa, donde se repiten los sabores frutados. Final algo desequilibrado, con sensación cálida (alcohol) y tánica.

Impresión general: Vino sencillo. De correcta elaboración, sin defectos notables. Un producto para consumo poco exigente, consonante con su precio. Puntaje: 74 puntos.

-------

Muestra Nº2: Callia Alta Syrah 2011 (San Juan - $25,50)

Vista: Límpido y brillante. Color violáceo de intensidad media.

Olfato: Nariz agradable. Predominan notas especiadas y de contacto con madera (chips, supongo). Poca complejidad.

Gusto: Boca agradable, simple y de cuerpo medio. Buena relación boca-nariz, con la presencia de madera algo más notable, aunque sin llegar a molestar. Buen final de boca, armónico.

Impresión general: Un clásico de San Juan, que ha tenido fluctuaciones a través de los años (recuerdo una calidad muy superior en sus primeras añadas). Vino correcto y acorde a su rango de precios. Puntaje: 77 puntos.

-------

Muestra Nº3: Elementos Syrah 2011 (Salta - $28,50)

Vista: Límpido y brillante. Color violáceo de intensidad media-alta.

Olfato: Nariz agradable, de buena intensidad y armonía. Aromas de café tostado, especiados y terrosos. Complejidad media.

Gusto: Boca agradable, de cuerpo medio. Entrada apenas golosa. Buena relación boca-nariz. Aparecen también agradables notas frutales (que no se percibían tanto en nariz). Buen final de boca, con taninos y alcohol apenas presentes, sin llegar a molestar.

Impresión general: Buen vino salteño, más que interesante en su competitivo segmento de precios. Puntaje: 81 puntos.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Mas allá de que pueda haber diferencias significativas en los puntajes de los integrantes del grupo -debido a cierta disparidad de criterios y/o gustos personales- sigo afirmando que es un ejercicio interesante el catar con otras personas (aunque sea virtualmente).

Si quieren comparar las opiniones y notas de cata de los demás integrantes del grupo, pueden verlas en cada uno de los blogs personales:

Hasta la próxima Cata Interblogs !! Salud !!

lunes, 26 de marzo de 2012

LOS VINOS SE PARECEN A SUS ENÓLOGOS

Así como se dice por ahí que los hijos se parecen a sus padres -incluso algunos afirman que las mascotas se parecen a sus dueños-, yo tengo la teoría que los buenos vinos se parecen a los enólogos que los elaboran.

Esta idea daba vueltas en mi cabeza hacía tiempo, pero se convirtió en firme convicción en mi último viaje a Mendoza hace unas cuantas semanas atrás.

Allí estuve visitando a tres enólogos amigos: Ricardo Giadorou (DOLIUM), Juan Pablo Michelini (ZORZAL WINES) y Nicolás Jascalevich (NOBLE DE SAN JAVIER). De las tres bodegas ya había probado la mayoría de sus vinos anteriormente, así que aproveché esta oportunidad para degustar las nuevas cosechas y algunas novedades.

Además -y seguramente lo más valioso-, pude compartir algunas horas de charlas y aprendizajes con estos grandes winemakers y apasionados del vino. De esta excelente experiencia, sale esta nota presentando mi argumentación.

----------------------------------------------------------------------------------------------------

RICARDO GIADOROU (DOLIUM)

Ricardo Giadorou nació en Ravenna (Italia), pero creció y se formó en la Argentina. Su vocación fue la ingeniería, profesión que abrazó durante varios años trabajando en Argentina y el extranjero. Las circunstancias de la vida lo dejaron al frente de la bodega familiar DOLIUM (que construyera su padre en Agrelo en 1998).

Si bien no es enólogo (más bien le gusta definirse graciosamente como “main dreamer & check signer”), él supervisa personalmente la elaboración de todos sus vinos, que no tengo dudas que se le parecen mucho.

Ricardo es un tipo elegante, educado, con gran personalidad y fuerte carácter. Me da la impresión que es apreciado en el medio por su honestidad y su valor para decir las cosas sin pelos en la lengua (aunque esto también le suele traer algunos problemas, además de sumarle varios detractores). Cuando se lo conoce por primera vez suele parecer algo parco y lejano, pero al tratarlo un poco es una persona encantadora, cariñosa y sincera.

Nunca voy a olvidar el día en que nos conocimos -presentados por una amiga común-; sentí que me estaba “tomando examen”. Abrió unos de sus vinos de gama media, me lo sirvió y se quedó esperando a ver que decía sobre el mismo. Aparentemente dije cosas interesantes, pues esa noche terminamos bebiendo ocho botellas de sus mejores productos (incluso su Gran Reserva, y un increíble malbec de Cahors que había traído de su último viaje a Francia). A partir de ese día hemos compartido muchos momentos juntos y ha demostrado siempre una predisposición y camaradería destacables. Como si fuera poco, generosamente me permite probar todas sus nuevas añadas, compartiendo conmigo sus mejores botellas. ¡Me siento muy honrado de tener su noble amistad!

Con Ricardo Giadorou y un colega de Rosario

Los vinos de DOLIUM son sobrios y refinados. Son productos que representan muy bien el cepaje y el terruño que les da origen; con un uso sabio -y medido- de la madera. En la copa suelen ser morosos en expresarse, pero luego se abren y son vinos distinguidos, aromáticos y complejos. Son vinos para disfrutar en ocasiones especiales, con tiempo suficiente para permitirles que expresen toda su belleza y temperamento.

Recomiendo fervientemente probar su Cabernet Sauvignon 2007 ó su Tempranillo 2010 (de la línea clásica), así como el Reserva Malbec 2008 y -si el presupuesto lo permite- el Gran Reserva Malbec 2006. ¡Sé que son vinos bastante difíciles de conseguir, pero lo placentero de la experiencia justifica con creces la búsqueda!

----------------------------------------------------------------------------------------------------

JUAN PABLO MICHELINI (ZORZAL WINES)

Juan Pablo Michelini es mendocino de pura cepa. Nació y creció en Guaymallén, siendo su mayor sueño el poder dedicarse a la música. Ante la negativa familiar de continuar su formación artística, decidió seguir los pasos de su hermano mayor Matías, abocándose a estudiar enología. Esta carrera lo entusiasmó inmediatamente. Hizo varios viajes de capacitación al extranjero y continuó aprendiendo al lado de su querido hermano.

Trabajo para varias empresas, hasta que el sueño de la bodega propia se hizo realidad en el año 2008. Gracias a las gestiones de su otro hermano (Gerardo), lograron convencer a capitales canadienses para fundar la bodega ZORZAL WINES en el Valle de Uco.

Juan Pablo es joven y desestructurado. Tiene una rebeldía juvenil -en el buen sentido- que canaliza a través de su constante deseo de investigación y experimentación. Se nota que vive con pasión su trabajo, pues le dedica muchas horas diarias. Además es un tipo abierto, amable, con gran sentido del humor y sumamente predispuesto.

El año pasado, sin conocerme más que por breves contactos en las redes sociales, me invitó a descubrir su pequeña bodega de Gualtallary. La verdad fue una visita excelente. Me dedicó casi un día entero. Mientras probábamos vinos de las barricas, me contó de sus anhelos y proyectos. Luego descorchó una decena de sus vinos terminados, para que yo me llevara una semblanza de su novel producción. Como si fuera poco, me invitó a comer a un country vecino. Cuando a media tarde emprendí el regreso a Mendoza, me obsequió una caja con todas las botellas que no habíamos tenido tiempo de degustar. Me quede gratamente sorprendido por su generosidad. Seguimos en contacto con frecuencia a partir de se momento. ¡Siempre que voy a Mendoza trato de pasar a verlo por su pequeño paraíso!

Con Juan Pablo Michelini en plena vendimia

Los vinos de ZORZAL WINES son juveniles y modernos, de perfil internacional. Muestran no solo la tipicidad de la uva elegida, sino también su adaptación al terruño de altura donde nacen. Todos los vinos de la bodega son frescos y ágiles en boca, con unos trazos herbáceos y terrosos muy particulares y atractivos.

Recomiendo probar su Sauvignon Blanc 2011, su Pinot Noir 2011 y su Cabernet Sauvignon 2010 (en la línea clásica), así como también el Field Blend 2009 (en la gama media). Si le gustan estos vinos y puede gastar unos pesos extras, disfrute de su Climax Malbec 2008. ¡Estos productos acaban de ingresar al mercado cordobés, así que ya pueden buscarlos!

---------------------------------------------------------------------------------------------------

NICOLÁS JASCALEVICH (NOBLE DE SAN JAVIER)

Nicolás Jascalevich nació y creció en Buenos Aires. Cursó sus estudios superiores de Tecnología de los Alimentos en la UBA. Su pasión por el vino estuvo siempre latente; viajó a Europa y trabajo tres años en bodegas de Francia e Italia, donde afianzó su deseo de ser vitivinicultor.

Volvió a la Argentina y se instaló con su esposa en Traslasierra. Se animó a plantar un pequeño viñedo -en un terreno propiedad de sus padres, al lado de la bellísima hostería familiar- Esperó pacientemente el desarrollo de sus plantas -a las que maneja desde el origen de manera orgánica y biodinámica-; desde el año 2008 produce reducidas partidas de vino, en la rústica bodega que construyó con sus propias manos.

Nicolás es un joven apasionado de la naturaleza y que ama vivir en contacto con ella. Es una persona humilde, trabajadora y muy proactiva. Muestra un carácter algo reservado e introvertido; pero al conocerlo se descubre a un hombre cariñoso, confiable y generoso. Cree fervientemente en el respeto por la tierra y lo que ella produce, elaborando sus productos con el mínimo de intervención tecnológica posible.

Mi contacto con él también fue a través de las redes sociales. A poco de conocernos me obsequió algunas botellas de vino, más luego no dudó en abrirme las puertas de su casa e invitarme a pasar un fin de semana en la bodega. Descubrí allí un lugar bellísimo y lleno de paz, donde Nicolás puede vivir y trabajar rodeado de su familia (que está a punto de agrandarse), en contacto con el entorno natural. A partir de ese momento fui afortunado de poder visitar el lugar varias veces, además de probar casi todo lo que ha vinificado hasta este momento.

Con Nicolás Jascalevich en la pequeña bodega familiar

Los vinos de NOBLE DE SAN JAVIER son honestos, simples y genuinos. Muestran la naturaleza sin artificios, sólo lo que puede dar el terruño. Son productos que están comenzando su andadura (apenas cuatro cosechas), pero que darán que hablar en pocos años. Recuperan una vieja tradición productora de la región, abandonada hace dos décadas. ¡Estoy feliz de poder ser espectador privilegiado de este proyecto!

Hasta ahora sólo tiene tres vinos en el mercado (un Rosado de Malbec 2011, un blend de Cabernet-Malbec 2011 y un Malbec Reserva 2010), todos verdaderamente interesantes. Pueden ver más información sobre la bodega aquí.

CONCLUSIÓN:

Quienes me conocen un poco -o mucho- saben que esto no es una publinota ni un "chivo", pues no es mi estilo de trabajo. Realmente aprecio a estas personas y respeto mucho sus vinos.

Espero que este texto no les parezca un delirio. Lo escribí estando perfectamente sobrio. Simplemente dejé que mis dedos tipearan lo que mi corazón sentía. No creo estar “descubriendo América”, pero si colaborando para que todos entendamos que aquellos hombres/mujeres que trabajan en la vid y la bodega son también parte del “terroir”.

Ante un panorama general -mundial- de vinos muy despersonalizados y globales, vaya mi reconocimiento para quienes trabajan en pos de vinos más naturales y auténticos.

Gracias a ellos (a los que nombré en esta nota y a tantos otros), por dejarme ser parte de este hermoso e inabarcable mundo del vino. ¡Salud!

lunes, 19 de marzo de 2012

PEQUEÑA DECEPCIÓN VÍNICA

En este breve post no voy a criticar un vino que no me ha gustado; sino que voy dejar mi impresión sobre un libro que me había generado notables expectativas -pues venía acompañado de muchos bombos y platillos del mundillo- y que me produjo una pequeña decepción vínica.

El libro que terminé de leer esta tarde fue "La batalla por el vino y el amor. O como salvé al mundo de la parkerización" de la escritora norteamericana Alice Feiring.

www.derecoquinaria.com

Sabía poco de esta escritora de cabellera roja; apenas por leer un par de veces su blog con notas que me habían resultado medianamente interesantes. El libro venía con buenas críticas, así que agradecí a mi amigo Nicolás de que me lo prestara para leerlo...

www.gastronomíaycia.com

Lamentablemente, detrás del título altisonante y de un carácter casi mesiánico (típico de los norteamericanos) me encontré con un libro bastante simple y lineal, excesivamente autorreferencial, con poca ambición literaria y sin muchas cosas nuevas para contar (al menos para mí).

Si bien su lectura es amena y puede ayudar al profesional del vino con algunos datos interesantes de zonas y productores; me parece que es un libro de poco interés para los enófilos amateurs (que se perderán facilmente en la retorcida maraña de nombres propios, marcas, viñedos, datos históricos, anécdotas amorosas algo banales y otros "condimentos" que sazonan el libro).

No hay dudas que la "globalización" de los vinos (o más bien de sus gustos y estilos) es un tema candente en la actualidad. Tiene muchos enfoques y facetas para discutir. Me parece un tópico atrapante, que requiere del debate de los profesionales del sector (dificil de lograr, pues hay demasiado intereses económicos en juego) . Todo lo que colabore en esta discusión es bienvenido. Sin embargo, debo confesar que me resultó mucho más atractiva la película "Mondovino" (a pesar de la notable parcialidad con la que fue editada y presentada) que este nuevo libro.

www.devinosdivinos.blogspot.com

¿Han podido leer el libro?¿Qué opinan Ustedes? ¡Gracias por comentar!


jueves, 15 de marzo de 2012

ÚLTIMAS ROSAS DEL VERANO

“La última rosa del verano/ en tus largas sombras/ La última rosa del verano/ en el ocaso/ La última rosa del verano/ No te preocupes por el invierno/ La última rosa del verano/ Volveré” (extracto de la canción “Last rose of summer” de Judas Priest).

Según el calendario, el verano austral está llegando a su fin. Sin embargo, algunos meteorólogos afirman que aún tendremos calor por varias semanas más. Frente a este cálido panorama otoñal, nada mejor que seguir pensando en vinos rosados.

Como ya hiciera hincapié en una nota anterior (Rosas de Primavera), no me cansó de afirmar la notable mejora cualitativa que han experimentado estos vinos en los últimos años, así como su enorme adaptabilidad a la hora de maridar diferentes platos de nuestra gastronomía.

En nuestro país predominan los rosados elaborados con uvas malbec; principalmente debido a su abundancia en el viñedo local y a su plasticidad para estas vinificaciones. No obstante, poco a poco van apareciendo en el mercado nuevos exponentes elaborados con uvas menos difundidas, sumando atractivos a esta categoría de refrescantes vinos.

Para aprovechar los días estivales que quedan, aquí van las últimas rosas del verano:

Los Haroldos Malbec Rosado S/A ($23): Un rosado realmente liviano, casi etéreo. Sus aromas son simples, directos y frutales. En la boca entra apenas goloso (pero no dulce) y rápidamente su buena acidez lo balancea y lo vuelve muy placentero. Es un vino tan ligero, que se bebe casi como si fuera agua. Si a esto le sumamos su precio accesible y su presencia en casi todos los supermercados, tenemos un combo infalible.

El Portillo Malbec Rosé 2011 ($27): Un rosado que entrega muchísimo más de lo que su precio pide. Un vino con toda la frescura natural de las zonas frías (Valle de Uco - Mendoza); que se traduce en una nariz repleta de frutas frescas (granadas, frambuesas), más algunos toques herbáceos y especiados. En boca es un producto muy bebible, de entrada amable, cuerpo ligero y mediana persistencia. ¡Una ganga por pocos pesos!

Nanini Frambua Rosé Dulce 2011 ($30): Una rareza rosada, elaborada en Colonia Caroya con nuestra uva regional Isabella (frambua). Se vinifica partiendo de uvas cosechadas tardíamente (para que acumulen azúcar), se hace una corta maceración y se interrumpe luego la fermentación para que el vino quede dulce; finalmente se lo añeja un breve período en barricas de roble. El resultado es un producto realmente exótico, que merece conocerse ¡Si le gustan los vinos dulces, cómprelo sin dudarlo!

Melipal Malbec Rosé 2011 ($42): Otro vino rosado de notable relación calidad-precio; elaborado con las mejores uvas malbec de Agrelo (Lujan de Cuyo), en la joven bodega comandada por Santiago Santamaría. Este es un vino que empieza llamando la atención por su color rosado suave y brillante; continúa en la nariz explotando de aromas a frutas rojas (frutillas, cerezas), terminando en una boca muy liviana, sabrosa y de paso ágil. Un vino rosado sumamente versátil, para acompañar las últimas comidas veraniegas.

José Luis Mounier Rosado 2011 ($50): Un rosado salteño que combina sabiamente las dos uvas de mayor preferencia en nuestro país (malbec y cabernet sauvignon), en un producto gustoso e interesante. Este vino refleja fielmente el terruño norteño, ya que a su fresca nariz de frutas rojas, se agregan también delicada notas herbáceas y terrosas. En boca es un rosado seco, de mediana estructura y buena persistencia. ¡El rosado ideal para acompañar comidas típicas del Noroeste, como humita, tamales o empanadas!

Crios Malbec Rosé 2011 ($60): Un producto de gran calidad, digno representante de los vinos argentinos (este producto se exporta en su gran mayoría). Un rosado intenso pero muy fresco; de nítidos aromas frutales (cerezas, ciruelas), con una boca jugosa y plena. Por su buena estructura, este vino puede acompañar una gran cantidad de platos (incluso carnes rojas) sin relegar protagonismo. El precio es elevado, pero justifica con placer cada peso invertido ¡Hay que buscarlo!

Avarizza Canarí Extra Brut 2011 ($85): Este es un novel espumoso rosado, diferente de principio a fin. Esta elaborado con la original uva canarí (un cepaje rosado del cual hay muy pocas hectáreas en nuestro país). Este producto arranca distinto desde lo visual, con un intenso color rosado de tintes anaranjados muy atractivo. En la nariz los aromas son limpios y frutados; al llevarlo a la boca se lo percibe fresco, sabroso, apenas amable, con burbujas finas y muy persistentes. ¡Un vino singular del que se hicieron apenas 2000 botellas, que vale la pena probar al menos una vez!

¿Ustedes han probado algún rosado interesante este verano? ¿Nos contarían cuál fue? ¡Hasta la próxima copa!

**Esta nota fue publicada originalmente en la web cordobesa de Circuito Gastronómico**

lunes, 12 de marzo de 2012

CÓRDOBA VITIVINÍCOLA

BREVE CRONOLOGÍA HISTÓRICA

Si bien las primeras vides fueron plantadas en Santiago del Estero (recordemos que es la “madre de ciudades”, pues fue fundada en 1553), la verdadera historia de la vitivinicultura argentina empezó -casi un siglo después- en Córdoba.

Fue así que en el año 1618, los Jesuitas se instalan en el actual territorio de la provincia, comenzando con la producción vitivinícola. Ent

re las varias haciendas y propiedades que poseía la Compañía de Jesús, eligen la Estancia de Jesús María -emplazada estratégicamente sobre la vera del Camino Real- para desarrollar la producción de esta noble bebida y desde allí repartirla al resto de sus posesiones. Una visita al actual museo de la Estancia permite observar algunas de las herramientas utilizadas para el trabajo enológico, las que demuestran el avanzado desarrollo que poseían estos sacerdotes para su época.

Documentos históricos de carácter fehaciente -que aún se conservan- afirman que el primer vino en llegar desde América a la Corte Española fue el “lagrimilla” (un vino blanco bien dulzón), elaborado por los Jesuitas en estas tierras. La actividad vitivinícola floreció durante el período pre-virreinal, época en que los caldos elaborados en Córdoba no tenían competencia dentro del territorio.

Con la expulsión de la Orden Jesuítica de los territorios de la Corona -a mediados del siglo XVIII, por decisión de Carlos III de España- decae esta importante industria y se abandonan la mayoría de los viñedos. Deberá pasar más de un siglo, hasta que en 1878 una fuerte oleada migratoria italiana -friulana principalmente- se instala en la zona, rescatando del olvido las viejas plantaciones y aportando los nuevos conocimientos y maquinarias llegadas desde Europa. Este primer contingente -traído al país por gestiones del entonces presidente Nicolás Avellaneda- funda la actual ciudad de Colonia Caroya.

La fuerza de trabajo y el tesón de los inmigrantes forjaron una importante actividad productiva, que se mantuvo a pesar de los avatares económicos y políticos que sufrió el país durante el último siglo y medio. El crecimiento vertiginoso de la vitivinicultura en las provincias de Cuyo durante este mismo período -avalado por la Ley Nacional 12.137/34, que desalentaba la producción de vinos fuera de las provincias cordilleranas- sustrajo algo de protagonismo a la Córdoba vitivinícola, aunque la actividad perduró en pequeñas explotaciones familiares (no sólo en Colonia Caroya, sino también en el Noroeste y en Traslasierra). Desde mediados de la década del 90´ se asiste a la reconversión de la zona, abriendo una nueva etapa de expansión.

ACTUALIDAD

La superficie implantada con vides alcanza hoy las 314 ha (siendo aproximadamente el 0,14% del viñedo nacional). Más de dos tercios de estas hectáreas están ubicadas en la zona de Colonia Caroya y alrededores; aunque también hay pequeños paños de viñedos en Traslasierra, el Valle de Calamuchita y el Noroeste provincial. Las variedades de uvas más plantadas son el Merlot y la Frambua (también conocida como Isabella o “uva chinche”), además de otras con menor difusión como Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Malbec, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Existen en la actualidad once bodegas registradas en la provincia, además de unos 35 elaboradores caseros de vino autorizados. La presencia de los pequeños productores artesanales es un gran diferencial turístico, pues es la única región del país que los incluye en sus Caminos del Vino.

El notable desarrollo de la vitivinicultura cordobesa no ha sido un mero hecho cuantitativo; el verdadero cambio ha sido netamente cualitativo, pasando de los famosos vinos “regionales” o “pateros” vendidos al costado de la ruta a productos de notable factura, que pueden competir sin inconvenientes en el mercado nacional.

Durante la vendimia 2011, en Córdoba se cosecharon 17.623 quintales de uvas (0,06% de la producción nacional), lo que permitió elaborar 1.257.450 litros de vino (0,08% del total país). Esta última cosecha fue una de la mejores de los años, tanto en calidad como en cantidad (pues la región venía de dos cosechas regulares, bastante mermadas por accidentes climatológicos). Si las condiciones climáticas se mantienen favorables como hasta ahora, se espera una muy buena cosecha en este 2012.

LOS CAMINOS DEL VINO EN CÓRDOBA

La provincia de Córdoba no ha sido ajena a la fuerte expansión que ha experimentado el Enoturismo en Argentina durante la última década, y ofrece a los visitantes tres circuitos regionales -o “Caminos del Vino”- diferenciados.

Circuito I: Colonia Caroya y aledaños (a 60 Km al norte de la ciudad de Córdoba)

El circuito principal comienza sobre la Ruta Nacional 9, en la ciudad de Colonia Caroya y alrededores (llegando hasta la pintoresca localidad de Ischilín, a 75 km al noroeste). Aquí puede vivenciarse de cerca el origen de esta industria. Se puede comenzar el recorrido con la visita al Museo Jesuítico Nacional (en la Estancia de Jesús María); para continuar luego con una visita y degustación en alguna de las centenarias bodegas como La Caroyense (www.lacaroyense-sa.com.ar) o Nanini (www.bodegananini.com.ar). Si la elección recae en la primera, no hay que perder la oportunidad de hablar con Gabriel Campana (un enólogo apasionado de su tierra, que trabaja silenciosa e incansablemente desde hace años para cambiar el paradigma de calidad de los vinos locales). Si se opta por la segunda visita, hay que dejarse guiar por el joven enólogo Rafael Brico (un mendocino que se aquerenció a este suelo y desde hace casi un año elabora los vinos de tradicional bodega familiar).

Al mediodía, se pueden reponer fuerzas en algunos de los múltiples restaurantes que ofrece la localidad. El más recomendado es Macadam (www.macadam.com.ar), rústico y hermoso comedor donde se puede degustar la auténtica comida friulana de los primeros colonos, de la mano de Analía Prosdócimo -nieta de inmigrantes y celadora de las viejas tradiciones culinarias de sus “nonnos”-.

Por la tarde, puede conocerse a alguno de los elaboradores caseros de vino como Esteban Papalini de “Vinos Vittorio Papalini” (www.vittoriopapalini.com.ar), Miguel Angel Patat de “Vinos Aurelioo Carlos Turco de “Establecimiento El Bosque”. Aquí podrá verse la elaboración tradicional de los vinos, como lo hacían los primeros inmigrantes llegados a la región.

Si se prefiere manejar un rato, puede llegarse hasta el pueblito de Ischilín para visitar la pequeña bodega familiar Jairala Oller (www.jairalaoller.com.ar). Allí será cálidamente recibido por el matrimonio conformado por Beatriz Oller y Héctor Jairala; quienes luego de trajinar muchos años por el mundo, encontraron su lugar y cumplieron el sueño de la bodega propia. La jovialidad y predisposición de Beatriz, sumadas a las increíbles historias de vida de Héctor, hacen que uno no desee irse nunca más de allí.

Si con todo el trajín se hace tarde y decide dormir en la zona, el Hotel Casa del Friuli (www.friuli.org.ar) es una excelente opción, no sólo por sus confortables habitaciones a precios accesibles, sino también por su notable gastronomía.

Antes de emprender el regreso, hay que pasar por el centro de Jesús María y echar una mirada a la Vinoteca Spyritu (www.spyritu.wordpress.com), donde Gerardo Gleria lo asesorará gustosamente para que pueda llevarse todos los vinos locales que no tuvo tiempo de probar durante el viaje. No hay que olvidarse de agregar unos chacinados y un buen queso, para quedar de maravillas al volver a casa.

Circuito II: Valle de Calamuchita (a 100 km al sur de la ciudad de Córdoba)

El segundo itinerario enoturístico transita por el hermoso Valle de Calamuchita (famoso en todo el país por sus verdes sierras y brillantes espejos de agua), permitiendo conocer dos jóvenes proyectos productivos. Ambos emprendimientos están a apenas media hora en auto de la localidad de Santa Rosa de Calamuchita -centro neurálgico del turismo en el valle, poseedor de una oferta hotelera y gastronómica completa y atractiva-, lo que permite moverse con facilidad y recorrer toda la zona en el mismo día.

Aquí la vitivinicultura comenzó hace apenas una década, de la mano de dos familias emprendedoras que se animaron a plantar viñedos en la región. Hoy se pueden visitar la pequeña bodega de Finca Atos (www.fincaatos.com), en el bucólico paraje de Atos Pampa; así como el imponente complejo de Estancia Las Cañitas Resort, Bodega & Viñedos (www.estancialascanitas.com), cercano al poblado de Villa Berna.

Si al volver a Córdoba no importa manejar unos kilómetros de más, puede desviarse con dirección al este hacia la localidad de Villa del Rosario, para visitar la tradicional bodega Familia Lucchesi (www.familialucchesi.com.ar). Esta es una empresa familiar centenaria, que desde hace años fracciona el clásico vino “Don Ernesto”.

Si después de todo este recorrido aún se siente sed, se puede hacer una parada más en Villa General Belgrano, para disfrutar de alguna de sus destacadas cervezas artesanales (acompañada por los platos típicos de la gastronomía y repostería centroeuropea).

Circuito III: Traslasierra (a 100 km al oeste de la ciudad de Córdoba)

El tercer circuito nos lleva a Traslasierra, región donde los vaivenes de la economía -y por ende de la producción vitivinícola- fueron los más radicales de la historia provincial. Importante zona productora desde principios del siglo XX, llegó a rivalizar en importancia con Colonia Caroya en la década del 70´. Paradójicamente, la década del 90´ trajo la erradicación casi absoluta de los viñedos, perdiéndose una añosa tradición. Recién a partir del año 2000 -y de la mano de pequeños emprendedores- se replantaron algunas viñas y se recuperó parte de la producción.

Hoy el referente en la región es Nicolás Jascalevich, un joven y esforzado viticultor que en su bodega familiar Noble de San Javier (www.nobledesanjavier.com.ar) elabora alguno de los mejores vinos de la provincia. Pegadito a la bodega está la diminuta y pintoresca hostería Las Jarillas (www.lasjarillas-sjavier.com.ar), un lugar de ensueño como para quedarse a vivir. Si no se consigue lugar allí, hay que hacer un par de kilómetros más hasta la vecina población de Yacanto, donde Eduardo Bottaro lo estará esperando en su hostería-restaurant Cuatro Vientos (www.cuatrovientos-yacanto.com).

Aprovechando el paseo, no hay que dejar de conocer los proyectos vitivinícolas de Las Breas (www.barrosnegros.com.ar) y San Ramom (www.vinosanramom.com.ar). Sobre la misma ruta también es interesante visitar la olivícola Olium (www.olium.com.ar), para comprar unas botellas de excelente aceite de oliva; o bien la granja caprina Las Tres Tejas (www.lastrestejas.com.ar), que elabora exquisitos quesos de cabra.

Traslasierra es, sin dudas, una de las regiones más bonitas de la provincia de Córdoba. Posee un clima extraordinario durante todo el año, que sumados a la amabilidad de sus habitantes, el lento transcurrir del tiempo y la belleza de sus paisajes, lo convierten en un destino obligado para todos los enoturistas de nuestro país.

SEIS VINOS CORDOBESES

Para terminar esta nota, se sugieren seis vinos imperdibles que debe probar en su visita a la provincia, para entender lo que sucede con la vitivinicultura mediterránea:

- La Caroyense Frambua Precoz S/A ($18).

- Casa Histórica Tannat Roble 2011 ($25).

- Jairala Oller Cabernet Sauvignon Roble 2009 ($40).

- Finca Atos Sauvignon Blanc 2010 ($40):

- Familia Navarro Torre Cabernet Sauvignon-Malbec 2008 ($50).

- Noble de San Javier Reserva Malbec 2010 ($65).

¡Buen viaje! ¡Córdoba te espera siempre!


**** Esta nota fue publicada originalmente en el sitio web Caminos del Vino ****

domingo, 4 de marzo de 2012

EL VINO

“El Vino… intersección de dos poderosas fuerzas:
el milagro de la naturaleza
y la suprema facultad creadora y transformadora
del hombre”

Jesús Flores (enólogo español)


El vino es fruto del esfuerzo y del conocimiento de los hombres que lo aman.

El vino empieza en el sueño del viticultor, cuando planta laboriosamente el viñedo.

El vino agradece los cuidados que el hombre le prodiga; sufre junto a él las inclemencias del clima, que pueden destruir el trabajo y la ilusión de muchos años en un momento.

El vino nace a fines del verano, en la anhelada vendimia, cuando le paga al cosechero su ardua labor en forma de dorados racimos.

El vino crece en la bodega de la mano de un enólogo; quien guía sus primeros pasos cual si fuera un niño. Jamás lo abandona, si no que lo cuida con esmero hasta su mayoría de edad. Recién allí lo deja libre, para que siga su camino, que lo conducirá a nuestras copas.

¡Gocemos entonces al descorchar una botella de buen vino!

Agradezcamos el trabajo de aquellos que lo soñaron y elaboraron.

Celebremos la magia de la naturaleza y la dedicación del hombre para mejorarla.

¡Brindemos pues estamos vivos y podemos disfrutarlo!


***** Este texto fue escrito especialmente para una carta de vinos realizada en el año 2010 *****