BREVE CRONOLOGÍA HISTÓRICA
Si bien las primeras vides fueron plantadas en Santiago del Estero (recordemos que es la “madre de ciudades”, pues fue fundada en 1553), la verdadera historia de la vitivinicultura argentina empezó -casi un siglo después- en Córdoba.
Fue así que en el año 1618, los Jesuitas se instalan en el actual territorio de la provincia, comenzando con la producción vitivinícola. Ent
re las varias haciendas y propiedades que poseía la Compañía de Jesús, eligen la Estancia de Jesús María -emplazada estratégicamente sobre la vera del Camino Real- para desarrollar la producción de esta noble bebida y desde allí repartirla al resto de sus posesiones. Una visita al actual museo de la Estancia permite observar algunas de las herramientas utilizadas para el trabajo enológico, las que demuestran el avanzado desarrollo que poseían estos sacerdotes para su época.
Documentos históricos de carácter fehaciente -que aún se conservan- afirman que el primer vino en llegar desde América a la Corte Española fue el “lagrimilla” (un vino blanco bien dulzón), elaborado por los Jesuitas en estas tierras. La actividad vitivinícola floreció durante el período pre-virreinal, época en que los caldos elaborados en Córdoba no tenían competencia dentro del territorio.
Con la expulsión de la Orden Jesuítica de los territorios de la Corona -a mediados del siglo XVIII, por decisión de Carlos III de España- decae esta importante industria y se abandonan la mayoría de los viñedos. Deberá pasar más de un siglo, hasta que en 1878 una fuerte oleada migratoria italiana -friulana principalmente- se instala en la zona, rescatando del olvido las viejas plantaciones y aportando los nuevos conocimientos y maquinarias llegadas desde Europa. Este primer contingente -traído al país por gestiones del entonces presidente Nicolás Avellaneda- funda la actual ciudad de Colonia Caroya.
La fuerza de trabajo y el tesón de los inmigrantes forjaron una importante actividad productiva, que se mantuvo a pesar de los avatares económicos y políticos que sufrió el país durante el último siglo y medio. El crecimiento vertiginoso de la vitivinicultura en las provincias de Cuyo durante este mismo período -avalado por la Ley Nacional 12.137/34, que desalentaba la producción de vinos fuera de las provincias cordilleranas- sustrajo algo de protagonismo a la Córdoba vitivinícola, aunque la actividad perduró en pequeñas explotaciones familiares (no sólo en Colonia Caroya, sino también en el Noroeste y en Traslasierra). Desde mediados de la década del 90´ se asiste a la reconversión de la zona, abriendo una nueva etapa de expansión.
ACTUALIDAD
La superficie implantada con vides alcanza hoy las 314 ha (siendo aproximadamente el 0,14% del viñedo nacional). Más de dos tercios de estas hectáreas están ubicadas en la zona de Colonia Caroya y alrededores; aunque también hay pequeños paños de viñedos en Traslasierra, el Valle de Calamuchita y el Noroeste provincial. Las variedades de uvas más plantadas son el Merlot y la Frambua (también conocida como Isabella o “uva chinche”), además de otras con menor difusión como Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Malbec, Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Existen en la actualidad once bodegas registradas en la provincia, además de unos 35 elaboradores caseros de vino autorizados. La presencia de los pequeños productores artesanales es un gran diferencial turístico, pues es la única región del país que los incluye en sus Caminos del Vino.
El notable desarrollo de la vitivinicultura cordobesa no ha sido un mero hecho cuantitativo; el verdadero cambio ha sido netamente cualitativo, pasando de los famosos vinos “regionales” o “pateros” vendidos al costado de la ruta a productos de notable factura, que pueden competir sin inconvenientes en el mercado nacional.
Durante la vendimia 2011, en Córdoba se cosecharon 17.623 quintales de uvas (0,06% de la producción nacional), lo que permitió elaborar 1.257.450 litros de vino (0,08% del total país). Esta última cosecha fue una de la mejores de los años, tanto en calidad como en cantidad (pues la región venía de dos cosechas regulares, bastante mermadas por accidentes climatológicos). Si las condiciones climáticas se mantienen favorables como hasta ahora, se espera una muy buena cosecha en este 2012.
LOS CAMINOS DEL VINO EN CÓRDOBA
La provincia de Córdoba no ha sido ajena a la fuerte expansión que ha experimentado el Enoturismo en Argentina durante la última década, y ofrece a los visitantes tres circuitos regionales -o “Caminos del Vino”- diferenciados.
Circuito I: Colonia Caroya y aledaños (a 60 Km al norte de la ciudad de Córdoba)
El circuito principal comienza sobre la Ruta Nacional 9, en la ciudad de Colonia Caroya y alrededores (llegando hasta la pintoresca localidad de Ischilín, a 75 km al noroeste). Aquí puede vivenciarse de cerca el origen de esta industria. Se puede comenzar el recorrido con la visita al Museo Jesuítico Nacional (en la Estancia de Jesús María); para continuar luego con una visita y degustación en alguna de las centenarias bodegas como La Caroyense (www.lacaroyense-sa.com.ar) o Nanini (www.bodegananini.com.ar). Si la elección recae en la primera, no hay que perder la oportunidad de hablar con Gabriel Campana (un enólogo apasionado de su tierra, que trabaja silenciosa e incansablemente desde hace años para cambiar el paradigma de calidad de los vinos locales). Si se opta por la segunda visita, hay que dejarse guiar por el joven enólogo Rafael Brico (un mendocino que se aquerenció a este suelo y desde hace casi un año elabora los vinos de tradicional bodega familiar).
Al mediodía, se pueden reponer fuerzas en algunos de los múltiples restaurantes que ofrece la localidad. El más recomendado es Macadam (www.macadam.com.ar), rústico y hermoso comedor donde se puede degustar la auténtica comida friulana de los primeros colonos, de la mano de Analía Prosdócimo -nieta de inmigrantes y celadora de las viejas tradiciones culinarias de sus “nonnos”-.
Por la tarde, puede conocerse a alguno de los elaboradores caseros de vino como Esteban Papalini de “Vinos Vittorio Papalini” (www.vittoriopapalini.com.ar), Miguel Angel Patat de “Vinos Aurelio” o Carlos Turco de “Establecimiento El Bosque”. Aquí podrá verse la elaboración tradicional de los vinos, como lo hacían los primeros inmigrantes llegados a la región.
Si se prefiere manejar un rato, puede llegarse hasta el pueblito de Ischilín para visitar la pequeña bodega familiar Jairala Oller (www.jairalaoller.com.ar). Allí será cálidamente recibido por el matrimonio conformado por Beatriz Oller y Héctor Jairala; quienes luego de trajinar muchos años por el mundo, encontraron su lugar y cumplieron el sueño de la bodega propia. La jovialidad y predisposición de Beatriz, sumadas a las increíbles historias de vida de Héctor, hacen que uno no desee irse nunca más de allí.
Si con todo el trajín se hace tarde y decide dormir en la zona, el Hotel Casa del Friuli (www.friuli.org.ar) es una excelente opción, no sólo por sus confortables habitaciones a precios accesibles, sino también por su notable gastronomía.
Antes de emprender el regreso, hay que pasar por el centro de Jesús María y echar una mirada a la Vinoteca Spyritu (www.spyritu.wordpress.com), donde Gerardo Gleria lo asesorará gustosamente para que pueda llevarse todos los vinos locales que no tuvo tiempo de probar durante el viaje. No hay que olvidarse de agregar unos chacinados y un buen queso, para quedar de maravillas al volver a casa.
Circuito II: Valle de Calamuchita (a 100 km al sur de la ciudad de Córdoba)
El segundo itinerario enoturístico transita por el hermoso Valle de Calamuchita (famoso en todo el país por sus verdes sierras y brillantes espejos de agua), permitiendo conocer dos jóvenes proyectos productivos. Ambos emprendimientos están a apenas media hora en auto de la localidad de Santa Rosa de Calamuchita -centro neurálgico del turismo en el valle, poseedor de una oferta hotelera y gastronómica completa y atractiva-, lo que permite moverse con facilidad y recorrer toda la zona en el mismo día.
Aquí la vitivinicultura comenzó hace apenas una década, de la mano de dos familias emprendedoras que se animaron a plantar viñedos en la región. Hoy se pueden visitar la pequeña bodega de Finca Atos (www.fincaatos.com), en el bucólico paraje de Atos Pampa; así como el imponente complejo de Estancia Las Cañitas Resort, Bodega & Viñedos (www.estancialascanitas.com), cercano al poblado de Villa Berna.
Si al volver a Córdoba no importa manejar unos kilómetros de más, puede desviarse con dirección al este hacia la localidad de Villa del Rosario, para visitar la tradicional bodega Familia Lucchesi (www.familialucchesi.com.ar). Esta es una empresa familiar centenaria, que desde hace años fracciona el clásico vino “Don Ernesto”.
Si después de todo este recorrido aún se siente sed, se puede hacer una parada más en Villa General Belgrano, para disfrutar de alguna de sus destacadas cervezas artesanales (acompañada por los platos típicos de la gastronomía y repostería centroeuropea).
Circuito III: Traslasierra (a 100 km al oeste de la ciudad de Córdoba)
El tercer circuito nos lleva a Traslasierra, región donde los vaivenes de la economía -y por ende de la producción vitivinícola- fueron los más radicales de la historia provincial. Importante zona productora desde principios del siglo XX, llegó a rivalizar en importancia con Colonia Caroya en la década del 70´. Paradójicamente, la década del 90´ trajo la erradicación casi absoluta de los viñedos, perdiéndose una añosa tradición. Recién a partir del año 2000 -y de la mano de pequeños emprendedores- se replantaron algunas viñas y se recuperó parte de la producción.
Hoy el referente en la región es Nicolás Jascalevich, un joven y esforzado viticultor que en su bodega familiar Noble de San Javier (www.nobledesanjavier.com.ar) elabora alguno de los mejores vinos de la provincia. Pegadito a la bodega está la diminuta y pintoresca hostería Las Jarillas (www.lasjarillas-sjavier.com.ar), un lugar de ensueño como para quedarse a vivir. Si no se consigue lugar allí, hay que hacer un par de kilómetros más hasta la vecina población de Yacanto, donde Eduardo Bottaro lo estará esperando en su hostería-restaurant Cuatro Vientos (www.cuatrovientos-yacanto.com).
Aprovechando el paseo, no hay que dejar de conocer los proyectos vitivinícolas de Las Breas (www.barrosnegros.com.ar) y San Ramom (www.vinosanramom.com.ar). Sobre la misma ruta también es interesante visitar la olivícola Olium (www.olium.com.ar), para comprar unas botellas de excelente aceite de oliva; o bien la granja caprina Las Tres Tejas (www.lastrestejas.com.ar), que elabora exquisitos quesos de cabra.
Traslasierra es, sin dudas, una de las regiones más bonitas de la provincia de Córdoba. Posee un clima extraordinario durante todo el año, que sumados a la amabilidad de sus habitantes, el lento transcurrir del tiempo y la belleza de sus paisajes, lo convierten en un destino obligado para todos los enoturistas de nuestro país.
SEIS VINOS CORDOBESES
Para terminar esta nota, se sugieren seis vinos imperdibles que debe probar en su visita a la provincia, para entender lo que sucede con la vitivinicultura mediterránea:
- La Caroyense Frambua Precoz S/A ($18).
- Casa Histórica Tannat Roble 2011 ($25).
- Jairala Oller Cabernet Sauvignon Roble 2009 ($40).
- Finca Atos Sauvignon Blanc 2010 ($40):
- Familia Navarro Torre Cabernet Sauvignon-Malbec 2008 ($50).
- Noble de San Javier Reserva Malbec 2010 ($65).
¡Buen viaje! ¡Córdoba te espera siempre!
**** Esta nota fue publicada originalmente en el sitio web Caminos del Vino ****