Las
Moscateles son un pretérito grupo de uvas de origen caucásico/mediterráneo. Según muchos
estudios, fueron de las primeras cepas domesticas por el hombre, así que su aparición
en los viñedos se podría datar entre los años 3000-1500 AC. Fueron cultivadas
inicialmente por Egipcios, Asirios y Fenicios; pero su expansión en la Europa
Mediterránea se la debemos a Griegos y Romanos.
Esta
antigüedad siempre hizo suponer a los ampelógrafos la posibilidad de que muchas
de las variedades viníferas actuales tuvieran como parentales a uvas de esta
familia, lo que se pudo comprobar fehacientemente a partir de los años 90´ con el
desarrollo de los análisis de ADN.
Con
la Conquista Española las Moscateles también llegaron a América, donde se volvieron
a cruzar genéticamente con otros viduños europeos -principalmente con Listan
Prieto- para dar nacimiento a un nuevo grupo de uvas llamadas “criollas” (de
las cuales se han reconocido hasta la actualidad unas 60 especies, pero su
estudio continúa pues se supone que podrían existir más)[i].
Nuestra “Torrontés Riojano” es la más
importante de las variedades criollas americanas.
Esta
familia de uvas aromáticas se ha propagado rápidamente a nivel global debido a su fácil
aclimatación en climas templados y a sus buenos rendimientos productivos. Podemos encontrar
Moscatel en casi todas las regiones tradicionales europeas, pero también en lugares más
alejados como California, América del Sur, Sudáfrica y Australia. Nunca ha
llegado a “encumbrarse” como uva icónica -al nivel del Chardonnay o del Riesling-,
pero es la base de infinidad de vinos muy agradables y diversos alrededor del
mundo.
Si
bien existen cerca de 200 cepajes vitivinícolas que llevan el término
“moscatel” en su nombre, no todos están emparentados entre sí. Las variedades
más importantes son la “Muscat a petit grains” (“Moscatel de grano menudo”) y
la “Moscatel de Alejandría”.
Suele
pensarse en el Moscatel como una uva blanca, pero también hay especies rosadas
e incluso tintas (Ej: Moscatel de Hamburgo). Estos cepajes tienen gran valor para la industria,
pues se utilizan para elaborar vinos -dulces y secos-, aguardientes -como
el Singani boliviano-, pasas de uva, mosto concentrado y uvas para consumo en fresco.
Toda
esta introducción fue para comentarles de un vino que probé la semana pasada y
me gustó. Como en Argentina esta cepa tiene poco protagonismo aún, me parecía
interesante “tirar algo de data” para ayudar a su difusión…
MELODÍA MOSCATEL
ROSADO DULCE NATURAL 2020 ($500):
Melodía
Wines es una línea de vinos de pequeña tirada que elabora el Enólogo Jorge
Benítes en Mendoza. Son vinos francos, de buena tipicidad y precio siempre
accesible.
En
este caso se trata de un vino varietal de Moscatel Rosada (una de esas uvas “criollas”
mencionadas más arriba). A la vista se muestra límpido y brillante, con una
tonalidad rosada muy pálida. En la nariz demora un poco en expresarse, pero
luego de agitar un rato la copa se desprenden sutiles perfumes “amoscatelados”
-que recuerdan a uvas frescas, flores, hierbas silvestres y piel de cítricos-. Al
llevarlo a la boca tiene entrada suavemente dulce, cuerpo muy liviano y fluido -debido a
su bajo tenor alcohólico-, paso untuoso -aunque nada empalagoso- y sabor afrutado nítido; para cerrar
con una refrescante acidez y un final medio.
Un
vino excelente para la hora del aperitivo vespertino; idealmente al lado de la
pileta y acompañando unos bocaditos salados. Servir bastante frío, aunque no
helado. ¡Salud!