martes, 24 de febrero de 2015

SIETE ROSADOS PARA BEBER EN VERANO

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¡En estos tórridos días, en que el mercurio parece querer salirse de los termómetros, nada mejor que refrescarse bebiendo vinos rosados!

Sin dudas estos productos ofrecen frescura cuando el cuerpo más lo necesita, ayudando a sobrellevar los cálidos días veraniegos. Su versatilidad y aceptación los hace perfectos para una copa en el aperitivo, pero también para acompañar toda una comida estival. 

Incluso proponen un interesante punto intermedio para zanjar las eternas discusiones entre bebedores de tintos y blancos; pues entregan algo de la estructura y sabor de los primeros, pero con la acidez, vivacidad -y posibilidad de enfriarse- de los segundos.

Si gustan de probar, aquí les propongo siete vinos rosados para beber en verano:

Toro Viejo Clásico Rosado S/A ($16): Muchos enófilos suelen mirar con desdén estos vinos tan económicos, creo más por prejuicios que por la calidad objetiva que ofrecen.  De hecho, este rosado es muy satisfactorio por el precio que se paga por él. De aromas afrutados, tiene una boca escueta y ligera, de bajo tenor alcohólico, correcta acidez y breve permanencia. ¡Para beber bien frio, junto a una pizza de mozzarella!

San Felipe Rosé de Malbec 2014 ($38): Un clásico de la mesa argentina, inconfundible por su botella transparente y rechoncha -conocida como “caramañola”-. Un rosado de Malbec extremadamente simple y liviano, de la centenaria bodega maipucina La Rural. En nariz propone aromas frutales directos; unidos a una boca fluida y veloz, de entrada amable, ajustada acidez y persistencia media. ¡Justo para una copa junto a la pileta!   

Festivo Malbec Rosé 2014 ($60): Otro rosado de Malbec amigable y fresco, producido en Vista Flores (Valle de Uco) por la bodega franco-argentina Monteviejo. Un vino que conquista desde su bello color rosa pálido, pasando por sus nítidas fragancias frutales, hasta terminar en una boca gustosa y vivaz, con balanceada acidez y grata permanencia. ¡Un rosado “comodín”, insuperable para escoltar tartas y ensaladas veraniegas!

Cavas de Crianza Malbec Rosé 2013 ($65): A diferencia de los dos anteriores, este es un rosado de Malbec bastante intenso, que podría reemplazar perfectamente a un tinto en un cálido mediodía. Está elaborado por la pequeña Bodega Clos de Chachras (Lujan de Cuyo); ofrece una nariz abundante en recuerdos de frutas rojas maduras, especias y trazos herbales. En boca se muestra voluminoso y de paso franco, repite sensaciones frutales, con equilibrada acidez y moderada persistencia. ¡Vino ideal para un asado al aire libre, en estos tórridos días de febrero!

Carmela Benegas Cabernet Franc Rosado 2014 ($82): ¡Pasan los años y no me canso de sugerir este producto de Bodega Benegas! Un rosado atípico y seductor, elaborado 100% con uvas Cabernet Franc de añosos viñedos cuyanos. Muestra un color rosa vivo, con ribetes asalmonados. En nariz entrega fielmente la tipicidad del cepaje, suavemente atenuada por la vinificación como rosado. Hay aromas de flores, de frutas rojas en sazón -cerezas, ciruelas-, junto a ciertos dejos herbáceos y balsámicos. Al llevarlo a la boca está su punto más fuerte; suculento y jugoso, refrenda las sensaciones frutadas, con perfecta acidez y prolongada permanencia. Otro rosado corpulento e intenso, perfecto también para acompañar carnes rojas. ¡Me lo imagino escoltando un chivito a la llama!

Puro Rosé 2013 ($97): Cuesta convencer al consumidor local de probar vinos rosados de precio elevado, pues todavía quedan algunos resabios de épocas pasadas -donde estos productos no se lucían precisamente por su calidad-. Afortunadamente, las cosas han cambiado y hoy tenemos algunos que sorprenden por su complejidad y buena factura. Tal es el caso de este notable rosado mendocino, producido orgánicamente en la finca “Ojo de Vino” (Agrelo - Lujan de Cuyo) con un corte de uvas Malbec y Cabernet Franc. Cautiva con una nariz fragante, plena de aromas a flores, frutas silvestres -zarzamoras, cassis-, dejos balsámicos -anís, menta- y terrosos. Al probarlo es sabroso y fluido, de paso franco y paladar seco, con acidez perfectamente calibrada y una larga persistencia. ¡Rosado óptimo para maridar con pescados a la parrilla!

Callia Sweet Rose S/A ($61): ¿No podíamos terminar esta selección sin unas burbujitas rosadas, verdad? Pues entonces aquí hay un vino espumoso sanjuanino juvenil y goloso, ideal para quienes disfrutan de los vinos más suaves. Un rosado etéreo, que regala una aromática frutal diáfana -frutillas, frambuesas-, y se prolonga en una boca cándida y veloz, de bajo tenor alcohólico, con dulzor moderado y burbujas cosquilleantes. Un producto que recomiendo servir bien frío, para atenuar la sensación dulce y potenciar así su frescura. ¡Sin dudas, el rosado para compartir los brindis más dulces del verano!

¿Y para ustedes, cuáles son sus rosados veraniegos preferidos? 

**** Esta nota fue publicada originalmente en la web amiga de Circuito Gastronómico ****

martes, 17 de febrero de 2015

LA FRASE QUE HOY VINO (XLVI)

Parábola de un gran escritor del mundo árabe moderno, para que mediten un poco los enófilos: 

Aquel viejo, viejo vino

Hubo una vez un hombre rico muy orgulloso de su bodega y del vino que allí había; y también había una vasija con vino añejo guardada para una ocasión sólo conocida por él.

El gobernador del estado llegó a visitarlo, y aquél, luego de pensar, se dijo: "Esa vasija no se abrirá por un simple gobernador".

Y un obispo de la diócesis lo visitó, pero él dijo para sí: "No, no destaparé la vasija. Él no apreciará su valor, ni el aroma regodeará su olfato".

El príncipe del reino llegó y almorzó con él. Mas éste pensó: "Mi vino es demasiado majestuoso para un simple príncipe".

Y aún el día en que su propio sobrino se desposara, se dijo: "No, esa vasija no debe ser traída para estos invitados".

Y los años pasaron, y él murió siendo ya viejo, y fue enterrado como cualquier semilla o bellota.

El día después de su entierro tanto la antigua vasija de vino como las otras fueron repartidas entre los habitantes del vecindario. Y ninguno notó su antigüedad.

Para ellos, todo lo que se vierte en una copa es solamente vino.
www.hummusforthought.com
Gibran Jalil Gibran: Poeta, pintor, novelista y ensayista libanés (1883-1931)

martes, 10 de febrero de 2015

SIETE TINTOS PARA BEBER EN VERANO

¡Y sí… Hay quienes no pueden dejar el vino tinto ni cuando el termómetro marca 35ºC! Somos un país netamente consumidor de vinos rojos. Los preferimos sobre todos los otros colores, y además los bebemos todo el año… 

Quizás la época estival no sea la más propicia para el consumo de estos productos; ya que su tenor alcohólico usualmente más elevado, cuerpo pesado y taninos astringentes suelen quitarles bastante frescura. Sin embargo, eligiendo tintos ligeros y refrescándolos un buen rato en la heladera, pueden llegar a disfrutarse aún en los días más tórridos.

Si ustedes son de esas personas que no cambian su gusto en vinos por nada, ni siquiera por el calor extremo del estío, aquí les sugiero siete tintos para beber en verano:    

Santa Sylvia Syrah-Merlot S/A ($29): Si la reunión veraniega “pinta” numerosa, nada mejor que servir un tinto joven, rico y de precio accesible. Este sanjuanino puede ser una buena opción, que permita abrir varias botellas sin dejar el sueldo en ello. Presenta aromas frutales directos; que se apoyan en una boca delgada y veloz, de acidez ajustada, taninos imperceptibles y breve permanencia. ¡Vino de notable relación precio-calidad!      

Febrero Riojano Bonarda 2013 ($48): Ya he mencionado esta pequeña bodega riojana en otras oportunidades, pues elabora vinos honestos, sencillos y sumamente bebibles. Mientras escribo estas líneas me acongoja la noticia del fallecimiento de su enólogo, a quién había podido conocer algunos meses atrás. Como estoy seguro que no hay mejor reconocimiento para un enólogo que hablar de sus vinos, aquí va mi humilde homenaje.   Este Bonarda sin dudas es mi preferido de la línea, destacando sobre sus compañeros. Ofrece aromas de frutas rojas en mermelada, más algunos rasgos herbales y terrosos. En boca es grácil y ligero, de paso franco y sabroso, con acertada acidez, taninos mansos y mediana persistencia. ¡Junto a unas empanadas criollas, este vino irá de maravillas!   

Alberto Furque Cabernet Franc 2013 ($67): Seguramente me han leído en más de una oportunidad enaltecer las virtudes de esta noble cepa tinta, que viene “marchando a paso firme” para colocarse en el podio de los grandes vinos nacionales. Este ejemplar de Mendoza me parece muy atinado como primer acercamiento al cepaje, pues exhibe tipicidad varietal en un valor de mercado coherente. Un Cabernet Franc proveniente de La Consulta (Valle de Uco); que propone una nariz seductora plena de especias, trazos balsámicos e incluso terrosos. Al llevarlo a la boca se lo percibe intenso y seco, de paso franco, redunda en impresiones especiadas, con correcta acidez, taninos apenas rugosos y agradable permanencia. ¡Para empezar a familiarizarse con la variedad tinta de moda!   

Chateau Vieux Tinto Gran Reserva 2006 ($90): Cada vez que pruebo este vino -que antaño disfrutaran mi padre e incluso mi abuelo-, me maravillo de la consistencia que mantiene a través de los años. Quizás sea desconocido para muchos, pero esta es una de las marcas comerciales más antiguas del mercado vitivinícola argentino, produciéndose ininterrumpidamente desde el año 1934. Un vino de corte con amplia base de Cabernet Sauvignon -más algunos aportes de Merlot y Pinot Noir-, que se añeja pacientemente durante ocho años en enormes y añosos toneles de roble. Un producto absolutamente “a contramano de las modas”, pero que sigue seduciendo a consumidores adultos y jóvenes por igual. Al llevarlo a la nariz insinúa un bouquet medianamente envejecido, donde se perciben fragancias de frutas en compota, frutas secas -nueces, pasas-, cuero y ciertos dejos especiados. En boca es delgado y fluido, refrenda sensaciones maduras pero con fresca acidez, tiene grado alcohólico moderado, taninos bruñidos por la estiba y una delicada persistencia. ¡Un “imprescindible” de Bodega López, para entender mejor la historia de los tintos nacionales!      

Ji ji ji Malbec-Pinot Noir 2014 ($125): ¡Este producto es algo difícil de encontrar en las góndolas locales, pero por su originalidad y escasez merece la pena el esfuerzo de la búsqueda! “Un vino tinto que no es tan tinto”, se podría decir jugando con las palabras. Se produce con una técnica industrial llamada “maceración carbónica”, que permite obtener vinos de colores y aromas intensos, aunque de cuerpo liviano y sin carga tánica. Así es esta rareza mendocina, de exaltado color rojo-violáceo, que desborda de aromas a chicle tutti-frutti, jalea de frambuesas y flores silvestres. En boca es sorprendentemente ágil y vivaz, renueva sabores frutales, con vibrante acidez, sin taninos apreciables y con una persistencia refrescante. Recomiendo enfriarlo un par de horas antes de su servicio, para disfrutarlo en plenitud (¡si, en eso también es un vino diferente!)-. ¿Querías un tinto para comer sushi? ¡Acá tenés uno que maridará a la perfección!   

Puro Blend 2012 ($140): Los vinos orgánicos o naturales se van abriendo poco a poco un lugar en las preferencias de los consumidores locales. Si bien cabe aclarar que un producto por ser “orgánico” no es necesariamente “mejor” o “más rico”, los beneficios que aporta a la salud son innegables. Al degustar por primera vez este tinto de Agrelo (Lujan de Cuyo), me sorprendió gratamente por su frescura y facilidad para ser bebido. Un atinado ensamblaje de uvas Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, criado parcialmente en barricas de roble usadas (para no invadir con la impronta de la madera). Ofrece una nariz desarrollada y compleja, donde destacan recuerdos florales, frutales maduros -ciruelas, cerezas-, especiados -pimienta verde, canela- y balsámicos. Tiene una entrada de boca apenas golosa, de cuerpo medio y paso fluido, con balanceada acidez, taninos dulces y permanencia media. ¡El tinto ideal para un asado al aire libre!

Celedonio Gran Cabernet Sauvignon 2012 ($220): Aún en plenas vacaciones, suelen surgir ocasiones que ameritan un descorche especial, así que no es mala idea tener a mano algún tinto de alta calidad como este. Un Cabernet Sauvignon que podríamos identificar como “de nueva generación”, de perfil amable, bastante maduro y frutado. Un vino que reposó durante más de un año en barricas francesas nuevas para aumentar su estructura y complejidad, pero que con el tiempo de guarda en botella apaciguó el impacto de la crianza, estando hoy en un excelente momento para ser disfrutado. Regala una paleta aromática profunda y muy elegante, exuberante en reminiscencias a frutas negras -cassis, zarzamora-, especias -pimienta negra, pimentón, clavo- y tenues aportes del roble -tostado, moka, vainilla-. Al probarlo es voluminoso pero fluido, repite las evocaciones frutales y levemente picantes, con acidez equilibrada y taninos compactos que sostienen una grata persistencia. ¡Vino de lujo, para darse un gusto veraniego!  

¿Y para ustedes, cuáles son sus tintos veraniegos preferidos?

**** Esta nota fue publicada originalmente en la web amiga de Circuito Gastronómico ****