Hay en los inmigrantes italianos llegados al país en los albores del siglo XX una cierta austeridad genética, seguramente asociada a las penurias vividas en su tierra natal.
Esta idea pasaba por mi cabeza al probar este nuevo producto de Alfredo Roca. Se trata de un blanco joven de la variedad "Glera" (antes llamada "Prosecco", por el nombre del famoso espumoso que con ella se hacía).
Esta idea pasaba por mi cabeza al probar este nuevo producto de Alfredo Roca. Se trata de un blanco joven de la variedad "Glera" (antes llamada "Prosecco", por el nombre del famoso espumoso que con ella se hacía).
Lo pensaba mientras degustaba este vino, que en una primera impresión parecía mezquino, como suelen parecer las abuelas tanas cuando te hacen regalos.
Sin embargo, con unos minutos en copa comenzaron a aflorar sutiles aromas de cítricos, manzanas verdes e hierbas silvestres. El paso de boca se mostró sobrio, con cuerpo y untuosidad medias, sabor frutal nítido, para terminar sorprendiéndome con una acidez intensa pero perfectamente calibrada que sostenía un prolongado y grato final de boca.
Y ahí caes en la cuenta que tu "nonna" no es tacaña; está guardando todo para vos, para tu futuro, para que estés mejor que lo que ella estuvo. Y entendí que esto vino es igual que ella, que parece no querer brindarte nada y al final te da todo.
No sé si todos quienes prueben este vino sentirán lo mismo, pero les recomiendo buscarlo por qué es una rareza que vale la pena !!
Muchas Gracias a Graciela Roca y Dolores Astrada por compartirlo conmigo !!